Un 5 de Abril de
Comenzando con este hecho que
hace veinte años me despertó cuando plácidamente dormía la siesta me invita a
firmar el primer artículo de esta nueva época de Vinylola: Hatos &
Soniquetes.
Podríamos afirmar sin miedo a
equivocarnos que cada vez que hablamos del pasado en muchas ocasiones se abre
una puerta a la nostalgia y otra al hastío.
Hato & Soniquete |
No cabe duda que rebatir esto en el
sentido, digamos, estrictamente musical implica una batalla a priori mas que perdida
frente a esa agresiva fiscalía que es el tiempo.
El motivo de este artículo es
doble. Además de rememorar, en primer lugar el citado, y por todos conocido
aniversario de la muerte de Kurt Cobain, me gustaría compartir con vosotros lo
que me aconteció algunos días atrás.
Una compañera de trabajo me
invitó a visitar una cuenta de Youtube donde su hijo, llamémosle, Felipe, toca en una banda novel, llamémosle “Bizcochada”. Estos, hacen además de temas
propios, versiones, llamémosle caseras, de éxitos pop actuales como una tal
“Hey brother”, creación de un guaperas dj veinteañero llamado Avicii del cual no
tengo la mínima intención de seguir conociendo.
Avicii petándolo. |
El asunto es que a la espera de
una nueva segunda versión a colgar en dicha plataforma, que a buen seguro superará las veinte mil visitas (la del tal Avicii ya subida supera las dieciocho mil), según mi estimada
colega, veo que el grupo de adolescentes –rondan los 16 años- suenan,
acariciando aun sus instrumentos con la ingnenuidad propia de la edad, pero cantando
fenómeno, y además con groove. Hasta aquí todo correcto para unos asiduos a los
peinados Bieber, unas madres orgullosas de escuchar baba haciendo que las
suyas también se caigan y veinte mil tíos y tías en plena "hormonal riot" deseando comerse la vida a
cucharás. Aquí algo no cuadra.
Planteamiento de la cuestión
¿Cómo es posible que actualmente en nuestro país haya tantísimos jóvenes que
presten atención a este tipo de bodrios?, ¿Por qué con la cantidad de
plataformas digitales y el acceso global a la música del que los aun
estudiantes disfrutan caen ante una pre-selección tan paupérrima?. ¿Nadie excepto
podcasts especializados y radios on-line velan por proporcionarles algo, ya no
digamos bueno, pero sí agresivo e inspirador que les haga reaccionar ante el
mundo en el que tan mierdosamente sobreviven?
Intentando versarme sobre el
particular de “Bizcochada” solo he conseguido llegar a bandas que ellos
idolatran (por cierto, bastante mas duras que su propuesta) como “Avenged
sevenfold” o “Avatar” que por lo visto son los jefes del cotarro, y de los
cuales no solo noto desorientación musical sino estética, lo que hoy viene a llamarse un agudo sentido
del postureo.
-¿No llevas ni tatuajes ni
perforaciones ni nada?
-No-¿Ocurre algo?
-¡Wow! Debes de ser chungo. ¿Has
estado en la cárcel, no?
Avenged Sevenfold: Su venganza por suspender flauta en primaria. |
Pero reservo mi respuesta ante
tal avalancha de incompresión intergeneracional acartonada y cascarrabias por que debemos volver al tema principal de esta santa entrada...
¡Dios!, ¿¡…Que ya han pasado
veinte años desde la muerte del quizá último de los personajes icónicos que a
la música popular/mainstream refiere!?
Dos Daves por los States en el 92. Par de pimpollos que da gusto ver. |
Por supuesto, la intención de
estas líneas no es repasar trayectorias a todas luces manidas ni caer en el mas
recalcitrante tocho melancólico que nos atormenta en cada librería –Yo fui a
E.G.B., y enjendros sacacuartos por el estilo- pero si llamar la atención a
cerca de cómo una generación con mucho mas talento que cualquiera de los que ya
andamos a mitad de la treintena hayamos tenido, baila con tanta facilidad a
merced de los gustos del tipo de canales innombrables pero masivos que todos
conocemos, en los que, válgame Darwin, no aparece atisbo de mejora u honestidad
(con o sin guitarricas).
Ni que decir tiene que veinte
años atrás los cabecillas de aquel movimiento llamado “Grunge o Alternativo” eran un
refrito de refrito de clichés de otras épocas pretéritas –véase Sonics, Beatles
en cueros, Who o Pistols- Los fans de Springsteen como Carlos Goñi (mira que me
jode decirlo) tenían razón. ¡Pero que leche! ¡Tú los descubriste a la misma
edad que Felipe a Avicii!. Escuchaste “Smells” desayunando para ir al instituto
y se te cayó la magdalena al suelo de la impresión!. A mí también se me cayó la
magdalena de la impresión. No dabas crédito ¿Quién cojones son éstos tipos?,
¿De dónde han salido?. Correcto que el pelma (descanse en paz) de Joaquín Luqui –famoso programador de la más famosa emisora de radiofórmula del país en
aquellos años- nos bombardeaba a base de bien con todo lo que oliera a Seattle,
pero la magdalena se nos cayó al puto suelo mientras nuestras resignadas madres
nos miraban divagando interiormente si no habría sido un error nuestra
concepción. Era, gente, rabia, tripas y ruido ¿Qué más puede pedir un capullo
de 15 años?
Joaquín. Pre-podcast en i-pod |
No podemos caer en conjeturas o
sesudas tesis doctorales sobre el tema que a buen seguro están por llegar
cuando a lustros vista se estudie el impacto cultural de los primeros años del
recién estrenado siglo veintiuno en las universidades. La conclusión será cero,
donut, catacrock, y cosas peores. Por que como bien rezaba el anuncio de
neumáticos “La potencia sin control no sirve de nada”, y vemos como esta nueva
hornada de fantásticos aspirantes a músicos ya hace tiempo que han perdido la
oportunidad del azar, de escuchar la canción perfecta en el momento perfecto
sin motivo aparente. Y en lo que esto se traduce. La perdida de ilusión; de que
todo es posible. El sistema lo está consiguiendo. El sistema funciona.
Algo tan sencillo como escuchar
las recomendaciones de un amigo en vez del cómodo, binario y obtuso “…si te
gusta esto te gustará…” en plataformas-streaming o algo tan nimio como hablar
con la gente/otros músicos en un bar [perdón, olvidaba el contexto
socio-económico en el que nos movemos], en cualquier poyete de una oficina
bancaria con un litro y un porro, hoy se convierte en ciencia ficción.
No hablemos de culpas. Al menos,
cada vez más, entre la juventud el Rap sigue pisando con fuerza , y es un
consuelo que grupos nacionales hayan subido el listón y mantengan esa autenticidad
y mala ostia in crescendo entre los nuevos aspirantes al show bussiness. Triste
que las cuerdas se hayan transformado en plum-cakes en vez de en
ametralladoras. Que el aquí abajo presente se cague verso a verso en los poperos
de mierda. Y con razón.
Kase O. poniendo los puntos sobre las ies |
Creadores de vanguardia. Otro
cantar. Salvo muy honrosas excepciones vemos como los pobres crios no se mueven
de casa entre loops, plug-ins, programas y demás. Compartiendo experiencias
musicales en red. El manifiesto Unabomber ha llegado para quedarse y en muchas
localidades que tradicionalmente han gozado de una escena musical efervescente
se van tornandose disipadas al ritmo que cada individuo marca en su propia
habitación. Repito. Salvo honrosas excepciones. Véase Mr. William Bevan. Chico listo.
Burial. El siglo XXI |
Hay para todos. La interacción
física entre creadores y público está mermadísima mas allá de bandas de Semana
Santa, orquestas de verbena y charangas (cargadas de individuos con formación
clásica en su mayoría) que siguen anacrónicamente hablando de tonalidades
complicadísimas, reuniéndose para echarse su DYC con Pesicola los días de
ensayo, y en un alto porcentaje escuchando indulgentemente todo lo relacionado
con los dos mil millones de talent shows que nos inundan y han inundado. Paradójico.
Uno ya no sabe mas que de
lo que no duda. Sabemos que si un adolescente Paco de Lucía hubiera disfrutado
de smartphone hoy no hablaríamos de un genio a las seis cuerdas y sí de un
pulgar asombroso –¿Oigo de nuevo Ted Kaczynski?- Y que, por supuesto, no surtir
a nuestros niños de un fondo musical rico y variado durante su infancia y pre-adolescencia antes de que las garras de
la mercadotecnia caigan sobre ellos, significará continuar la agonía,
condenarles a una indefensión manifiesta ante el mundo de indeseables
“inthenights” que cada vez mas nos rodea. Empezando por el ministro de cultura y acabando por Andy & Lucas. El futuro de la cultura visto para
sentencia y nuestra alma, inquietud y pasión también.
Mr. Ya os lo dije. |
...Lo olvidaba. La respuesta es sencilla, y debería ser nuestra obligación cambiarla.Ya no cae ninguna magdalena.
Por cierto, éste Sábado uno de
los locutores mas alucinantes que ha tenido este santo país Paco Perez-Bryan,
escurridizo periodista que desde aquel mítico “De 4 a 3” que a muchos nos marcó
encabeza un especial en la casposa Rock Fm a cerca de el aniversario que nos
ocupa. Merece la pena ponerse un poquito de H&S y disfrutar por esta vez de
la emisora que dedicará un día entero a homenajear esta alucinante época que
algunos tuvimos la suerte de disfrutar a tiempo real.
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