lunes, 21 de julio de 2014

Crónica: CULTURA INQUIETA 2014. Viernes 18 Julio 2014. DEPEDRO, THE SONICS & CALEXICO.

Fantástica jornada la del pasado viernes en el penúltimo día del Cultura Inquieta 2014 en Getafe. Cartel –como siempre- ecléctico y variado como al que ya ésta gran iniciativa nos tiene acostumbrados.

Huyendo de la homogeneización estilística a la que este tipo de eventos se presta, la audiencia pudo disfrutar y descubrir bandas cuyas coordenadas sonoras en poco o nada confluyen. En definitiva, y objetivo cumplido, el triunfo buena música por encima de etiquetas varias.

Abrió Depedro. El proyecto de Jairo Zabala que durante aproximadamente una hora vertió lo mas granado de su repertorio. Formato trío que repasó con acierto “Un hombre bueno”, “Una vez más”, “Comanche” o la anónima “Llorona” llevada al terreno de la Vargas –como siempre- con total naturalidad y flema. Un público agradecido correspondió a un grupo que no se prodiga demasiado en directo por tierras madrileñas.

Depedro

Descansito y comenzaron “The Sonics”. Que decir de estos fósiles salidos de las cavernas pre-invasión británica. Presentando nuevos temas, de vuelta por aclamación popular  y convertidos ya banda de jubilados chillones por la que el aquí firmante rubricaría un contrato en pos de mantenerse en ese envidiable estado de forma. El quinteto nos envolvió de buen rollo y como no, de ganas de mucho más; cosa que cumplieron con toda dignidad. Como nota negativa, en esta ocasión hubo problemas con el sonido que desvirtuó en más de una ocasión la actuación. Pero que demonios...algún día podremos contar a nuestros nietos que disfrutamos de “Psycho” o “Strychnine” a toda polla una vez en la vida.

The Sonics

Para terminar, y como plato fuerte de la noche “Calexico” que sin ningún tipo de penuria cruzaron el charco con toda la artillería. Un gustazo saborear el buen hacer de una banda que ya puede considerarse de referencia en lo que a ritmos frontero-fantasmagóricos se refiere. ¿Decías etiquetitas?.

Buen repaso a sus temas más emblemáticos además de revisionar para nuestra sorpresa “Love will tear us apart” de Joy División o la más cercana a su rango “Alone again or” de Love. Su “Dead moon” o “Danza de la muerte” acabaron de rematarnos al compás que firmemente John Covertino marcaba a las baquetas. Mención especial a la química entre Jairo Zabala –excelente como guitarra solista durante todo el set- y el resto de la banda y a un Joey Burns tremendamente cómodo y feliz que confesaba estar haciendo un sueño realidad al poder actuar en España y más concretamente en ese contexto tan ´typical´ como una auténtica plaza de toros.

Calexico

Buena organización, gran recinto –especialmente adaptado para este tipo de saraos- y un precio muy asequible que hicieron de un pasado viernes noche una fiesta para recordar.

miércoles, 16 de julio de 2014

Crónica: Eels, 14 de Julio en el Teatro Circo Price, Madrid

Se agradece la reciente tendencia a anunciar unos horarios más coherentes para los conciertos en esta ciudad, adecuándolos al resto de espectáculos y teniendo en cuenta la necesidad de descansar del público que se mueve a este tipo de eventos. Un lunes no es la noche ideal para festejar. Así pues, a las 20:30 anunciaba el cartel y media hora antes comenzaba la afluencia de público hacia las puertas del Circo Price de Madrid. Un Circo Price engalanado para el concierto de Eels, alter ego de Mark Oliver Everet.

Lo primero que nos llama la atención es la ausencia de los habituales instrumentos eléctricos entre los pertrechos situados sobre el escenario. Un par de amplificadores Mesa Boogie Lone Star son el único referente al rock eléctrico. Por lo demás, guitarras archtop y contrabajos más propios de los combos de swing de los años 40, un piano de pared  y un set de batería que más parecía el de un percusionista de orquesta.


 Tras el preludio del dúo telonero (olvidable sería lo más generoso que podríamos decir de estas dos agradables señoritas) y una vez situado el público en sus asientos, comienza el concierto, que desde esa inicial versión del “When you wish upon a star” de Leigh Harline, nos sumergiría en el ambiente íntimo y plagado de detalles que fue la tónica de la siguiente hora y media. Un concierto en el que Mark trató de ejercer de  simpático crooner, alternando sus dotes entre el piano y la guitarra, y bromeando con público y banda entre canción y canción.

De esta forma sonaron canciones como “Fresh feeling”, “Mistakes of my Youth” o “My Beloved Monster”. Piezas reinterpretadas y adaptadas al preciosismo de unos instrumentos básicamente acústicos. Canciones que sonaban abiertas, dejando huecos que marcasen la diferencia y abriéndose a sonidos que quedan fuera del abanico habitual de la música popular. Sorprendía el uso de las campanas tubulares o los redobles de timbales de orquesta, así como la trompeta y el órgano de boca (o melódica). Eels abrían sus temas a nuevas posibilidades, dejando la sensación de que nos encontrábamos más en un concierto de música de cámara o de Jazz que en el clásico concierto de rock. Parece que Eels se acercase por momentos a otros referentes de la música del cambio de siglo como Nick Cave o Tom Waits.


 Pero los instrumentos acústicos tienen algún inconveniente en su sonorización y a veces la fatalidad hace presencia en forma de problemas técnicos. En los últimos compases previos a los bises un problema con el micrófono del contrabajo provocó un parón que obligó a la banda a improvisar mientras los roadies se movían de un lado al otro del escenario tratando de salvar la situación. Mark aprovechó para bromear con el público y hacer alarde de sus “peculiares” dotes para la comedia, acabando en el foso, repartiendo abrazos entre el público y reprochando la pasividad del respetable ante semejante forma de terminar un concierto.

Así pues, con un “creo que deberíamos tocar algunas canciones más”, comenzaron los bises. “I like the way this is going”, “3 Speed” y “Last stop” sonaron una tras otra y la banda se despedía para aparecer nuevamente y culminar el concierto con una nueva tanda de bises, en la que sorprendió el “Can’t help falling in love” que popularizara Elvis.

Una estupenda velada en la que pudimos disfrutar de esta nueva versión de Eels, así como en otras ocasiones hemos disfrutado de otras facetas. Reinterpretarse y hacer de cada gira algo diferente, lo que significa no permanecer estático y brindar a su público un motivo más que suficiente para acercarse a verlo cada vez que aparece por nuestra ciudad. Hay muy pocas bandas capaces de ello. La reiteración acaba convirtiendo lo sublime en tedioso.

Texto: Miguel Á. Garzás
Imagen: www.binaural.es


domingo, 13 de julio de 2014

Crónica: HUERCASA COUNTRY FESTIVAL. THE JAYHAWKS .Riaza (Segovia) Sábado 12 Julio ´14

Celebración de la música americana encabezada por The Jayhawks el pasado sábado en Riaza (Segovia). Precioso punto de la sierra de Ayllón donde multitud de bandas cercanas a las coordenadas yankis más enraizadas (Country, Country-rock & Bluegrass) confluyeron para ofrecernos un día de campeonato entre barbacoas, maíz dulce, remolacha y galones de cerveza.

Mucho más que un festival al uso, este primer Huercasa –empresa hortofrutícola patrocinadora y principal organizador- implicaba a toda la población, desde el Ayuntamiento a los establecimientos locales que se volcaban en un evento que el pasado sábado reunía a casi cuatro mil personas al calor de sombreros de paja y botas camperas. Evento apadrinado por el mítico Manolo Fernández (Toma uno-RNE3) que como maestro de ceremonias y dj hizo especial hincapié en que ésta exitosa edición de estreno se viera prolongada en el futuro, y eso esperamos.

Manolo Fenández- Mítico Alma mater del festival a los platos y saludando a Vinylola.

La jornada del sábado comenzó con un mediodía amenizado por las fenomenales “Folson prison band” y “Western pacific” que hicieron las delicias de niños y no tan niños entre pasos de baile que –seamos honestos- a los corresponsales de Vinylola nos quedaron muy, pero que muy lejos.
Expresiones corporales aparte. Calidad absoluta y filas cerradas alrededor de la Americana music que tuvieron prolongación en el cartel oficial a partir de la caída de sol ya dentro del cuidado campo de fútbol local.

Sesión vermú con "Folsom Prison Band"

Entrañables glorias desde Bilbo como “La west bluegrass band” nos abrieron el apetito entre standards de raíz, temas propios y adaptaciones varias haciendo gozar de lo lindo al personal e instalándonos en un ambiente campesino que francamente bien podría asemejarse a ese Farm Aid soñado que a muchos nos hubiera gustado vivir en alguna ocasión.

"The west bluegrass band"- Old School.

Más adelante “The Wild Horses” continuó con la fiesta. Un sólido sexteto madrileño que como buena cover-band subió el volumen entre guiños a John Cougar o Jackson Browne, además de mostrar temas de su propia cosecha y que nos acercó de manera más evidente al rock, aunque no logrando evitar las ansias de que Gary Louris & Co. saltaran a escena. Plato fuerte de la noche –y confesémoslo-, la principal razón, y gancho de nuestra asistencia al festival.

The Jayhawks. Gary, Karen, Tim y Marc aparecieron por fin al filo de la media noche acompañados de dos jóvenes músicos de apoyo para presentar las reediciones de sus tres clásicos “Sound of lies”, “Smile” y “Rainy day music”. Trío de ases de los que desgranaron sus mejores números.

Ante la imposibilidad de realizar la prueba de sonido a tiempo, -desconocemos el motivo- la sound-check se efectuó prácticamente sobre la marcha, con los músicos originales sobre el escenario. Campechanía y humildad que daría como resultado el no excesivo retraso con respecto a lo previsto. Eso sí, subgraves y bombo resonaron en nuestros pechos durante al menos el primer cuarto de la actuación. Cosas del directo y gajes del oficio.

Jayhawks- Póster oficial de la gira española.

Poco a poco solventados los problemas y transcurridos temas como “I´m gonna make you love me” o “The man who loved life” la cosa se empezó a calentar y estabilizar de verdad. Nos llamaron la atención las constantes bromas entre dientes de Gary con sus nuevos bandmates para esta gira, acerca de sus respectivos solos y ropajes perdidos por el camino, pues Mr. Louris más bien podría asemejarse a un aspirante al próximo ultra-trail de la Sierra de Guadarrama que a un auténtico cabeza de cartel. Comentarios que nos divirtieron a la par que sorprendieron, ya que la pasarela de camisas tejanas –cada cual más espectacular- a lo largo de todo el día fue de aúpa. Tendencias a un lado, fueron cayendo como gloria del cielo “Stumbling trough the dark”, “Trouble” –soberbia-, “Angelyne” o la inconmensurable “Better days”.

Gary agustísimo.

Pleitesía a los tres discos aludidos pero que –felizmente- no evitó que el sexteto nos regalara sus esenciales “I´d runnaway” o “Blue”, ambas coreadas hasta la saciedad. Más joyitas como “Save it for a rainy day”, “All the right reasons”, “Big star” y “From Tampa to Tulsa” nos condujeron entre sonrisas y lágrimas a un solo encore con el que la banda se despidió hora y media más tarde triunfando en la primera de sus cuatro citas españolas.

Broche de oro a un pequeño gran festival que se estrena con paso firme y muy buen pié. Una filosofía clásica, pero a la vez cercana, innovadora y colaborativa. Milagrito de pequeña comarca, que despierta simpatía debido al detalle con el que todo allí desplazado se vio colmado a un precio realmente bajo para un cartel y una programación más que especial. 

Fotos: Victoria Gutiérrez.
Texto: Miguel Á. Ortiz.