Como (casi) cada año, Vinylola
pone los puntos sobre las íes seleccionando para ti (que eres joven) los 10
mejores discos/canciones tanto nacionales como internacionales.
Este año nos adelantamos a las
listas de los distintos webs/radios-podcasts/revistas con la intención de
reivindicar un criterio libre de hastags, fregquito, y sobre todo, propio.
Contra esta época de nostalgia
perenne en la que las mismas (quizá también las más grandes) vacas sagradas no
dejan (cansinamente) de reivindicarse, Vinylola rompe una lanza a favor
de los testigos reales, los grupos y solistas que miran adelante sin
arrodillarse demasiado tiempo a moquear ante locutores retirados, mastodontes
de la mercadotecnia, refritos musicales y ese más que sobado aire a “Yo fui
a EGB” o “I Love The 90´s”. Y es que somos más hijos de nuestro
tiempo que de nuestros padres… Ains, criaturitas.
¡Ah!, y una novedad: por primera
vez, y a modo de Coda Navideña, incluimos nuestro our favourite
villancico ever. No lo dejéis de perder, hermosos, hermosas… y hermoses.
¡Qué lo disfrutéis!
INTERNACIONAL
ARLO PARKS- Caroline
Comenzamos con la triunfadora del
año, y nuestra elección por encima de Courtney Barnett o Phoebe
Bridges (lo sentimos, guapis). No en vano, se alzó ganadora del Mercury
Prize del presente año, lo cual nos pareció justo y necesario.
SHANNON LAY- A Threat To Find
Seguimos con más chicas, y uno de
nuestros descubrimientos del año. Su largo “Geist”, lanzado por un Sub-Pop,
que no deja de alegrarnos la nostra vita, ha sido de lo más edificante
que nos hemos echado a la cara en mucho tiempo. Aromas folkies y atemporal
electrogenia setentera de unos colaboradores dignos de seguir que nos han
puesto en la Órbita de Endor. Y qué voz, ¡por Dios!
AZIYA- Marathon
¿Hemos dicho con más chicas? Sentimos
la reiteración. Sí, estamos “out”, pero ¡qué demonios!, ya estabamos hartos de
ver a machorros de pelo en pecho con más permanente que Farrah Fawcett
(nacimos en los 70´s, un respeto a la mortadela). ¿Quién ha dicho Bon Jovi?
Perdonad el ranciofact, seguimos.
Nos encanta Aziya, y
aunque parece surgida del hikikomorismo de su habitación, esperamos su
cd como agua de mayo. ¿Hemos dicho esperamos su cd? ¿Hemos dicho agua
de mayo? Esto ya solo puede mejorar.
WET LEG- Wet Dream
Tranquilos, no es un tema
relacionado con la erótica del poder ni con posiciones gimnásticas de alto
riesgo. Esta pareja provenientes de la
Isla de Wight se han marcado con etiqueta Domino
uno de los discos más sunshine de los últimos tiempos. No en vano, en
tiempo récord se encuentran teloneado a unos Chvrches en estado de
gracia de la mano de Robert Smith, montando su propio Tiny Desk o
apareciendo triunfantes junto a Jools Holland. Ojalá y esto siga para
bingo.
JOHN GRANT- Billy
–¡Hombre, por fin un tío! –grita el señor tras la pantalla
del ordenador.
–Ejemm, perdone, John es abiertamente homosexual y activista
a favor de los derechos de los afectados por VIH, virus del cual es portador.
–Vaya por Dios, ya decía yo. ¿Aquí no sale nada de Bon Jovi?
–vuelve a replicar el señor tras el portátil.
Después de esta parida sobre el gran John Grant, el cual nos robó el corazón con su celebérrimo “GMF”, no nos queda más que seleccionar para el cierre de nuestra sección internacional su álbum más íntimo y autobiográfico, el elaboradísimo: “Boy From Michigan” del cual extraemos “Billy”, cierre del disco y oda a la ruptura con los tópicos y estereotipos ligados a la masculinidad que tan bien retratan nuestros queridos Idles (a buen seguro que otro año tendrán cabida en esta, nuestra prestigiosa lista).
NACIONAL
ZEA MAYS- Adore
Aún nos duelen las ganas con las
que nos quedamos de verles en directo con su anterior “Atera” justo
antes de ese confinamiento al que esperemos no volver. Tan solo conocer que
tras los mandos de este, su últimísimo trabajo, se encontraba Ricky Falkner
ansiamos pillarlo en cuanto estuviera disponible. Y es que Dios los cría y
ellos se juntan. El buen gusto y transparencia sonora del productor unidos a la
autenticidad y el instinto melódico de Aiora y los suyos han dado como
resultado otro paso más a un reconocimiento más multitudinario del que los
vizcaínos son más que merecedores.
NOVEDADES CARMNIHA- Típica cara
–Pero bueno, ¿otra tía? –sigue mascullando el señor, ahora
frente al smartphone.
–No, señor. Es un grupo, gallego y eso. Como los Siniestro o
así.
–Ah, bueno, ya me quedo más conforme –El pureta queda más
relajado y feliz.
Tras esta nueva gilipollez en fascículos, nos gustaría
felicitar a los Novedades por un álbum que (a falta de su escucha
íntegra) se prevé espectacular. Un disco llamado a llevarles a otro nivel, al
menos en lo que respecta a la entrada en nuestro radar. Fantástico discurso
arropado por un sonido y un rollo extraordinario. ¿Hemos dicho extraordinario?
Esto no puede ir a peor.
MIGUEL RÍOS- Viene y luego va
–Pero bueno, ¿no dijisteis que esto no podía ir a peor?
Ahora metéis a Mike Ríos. Pero no erais vosotros lo que decíais al
principio eso de contra esta época de nostalgia perenne (…) sin
arrodillarse demasiado tiempo a moquear ante retirados, mastodontes, refritos y
ese más que sobado aire a 90´s”. Y encima versioneando a Pearl Jam…
Anda y veros a tomar por culo, hombre.
–Oiga señor, sin perder los modales. Un respeto.
Sí, nos encantó la versión de Gigatón
que se marca nuestro admirado Mike (cada vez está mejor). De hecho nos
gusta más que la original (lo sentimos Ed). Y venga, que seguro que está
usted deseando escucharla. Ya verá, ya verá…
TO THE HELPLESS- To Care Or Not To Care
Perteneciente a su último trabajo
“A Futile Guide For Modern Living” el cual, comentan, se inspira en el
gran Oscar Wilde, no nos queda otra que rendirnos a esta bonita gema con
madrileña mandolina que nos sorprendió (a través de Dios sabe qué)
mientras nos dábamos nuestro primer chapuzón veraniego. Desde los Chulona
Estudios, sabores a unos “Cracker” en su faceta más acústica,
sumados a esos Social Distortion ya maduritos que tanto nos gustan,
hacen acto de aparición en esta melómana panda de punkrockeros old school. Qué
por muchos años siga su particular y raiciosoDe Profundis
RAMIREZ EXPOSURE- A Silly Ode To Serious Love
El geniecillo valenciano sigue
haciendo de las suyas desde su cuarto. Una pena que la situación sea tan
adversa para que tan excelsas proyectos puedan elongarse más y más, tanto en el
tiempo como (por desgracia) en el espacio. Cómo nos gustan esas exquisitas
texturas que tan bien lleva manejando Víctor Ramírez desde aquella Hazel
Love que nos enamoró a primera escucha. Seguimos escuchando a Lilys
o Ross en cada uno de sus cortes, pero el mundo parece sordo. Grandes
como Marc Jonson o (en alguna que otra ocasión)Mike Scott se han fijado o compartido
escenario con él por una Gran Manzana a la que muy merecido tendría dar
un buen bocado. Él a lo suyo, y nos alegra.
–¿Pero esto ya se ha acabado? –murmulla nuestro lector
favorito.
–Nooo. Prometimos acabar la reseña con nuestro villancico larger
than life, ¿no se acuerda usted?
–Ahhh, pues sí, ¿Y de qué se trata? –vuelve a inquirir.
–Pues mire, de Solo en Casa, de estar solo en Navidad
y esa mierda…
–¿Pero no quedamos en que esta reseña carecía de nostalgia
alguna? --replica nuestro lector número uno en toda su puretidad
–Las Staves son las Staves, caballero;
y me gustarían aunque le cantaran a la Virgen de Fátima. Le deseamos un
feliz fin de año y un próspero año nuevo. Y al resto de nuestros lectores,
también. ¡Salud!
Sensaciones perdidas volvieron a buscarnos a El Intruso de la mano de Yuri Méndez. El pasado jueves, junto a
su sideman de confianza, Javier J. Rolo, ofrecieron un set
cargado de positividad y complicidad absoluta en el que cupieron la salud mental, distintas formaciones
baloncestísticas de los noventa y nuestra vida por etapas sobre el pequeño escenario
del centro de Madrid, aunque su transcripción en esta reseña no haría justicia
a tan divertido comienzo.
Way too far y Evangeline fueron algunas de las
elegidas para el arranque y el chequeo de un sonido que poco a poco fue
desperezándose para que ambos entraran en esa preciosa Beacon Hill de Damien Jurado,
donde el alma mater de Pájaro Sunrise juró haberse encontrado atrapado,
totalmente afónico en medio de una tournée por China, en aquella época en la
que fue reclamado para girar por el Gigante Asiático.
Más adelante, entre peticiones y más anécdotas impagables
fue dejándose caer el grueso de la actuación: Old Goodbyes, Madrid, Minolta o Kinda Fantastic teñidas por el violín de Javier, hicieron que cerráramos los ojos y olvidáramos lo
acontecido en este último año y medio pandémico.
Para cerrar el set, y aceptando más peticiones de una
audiencia cercana y receptiva, Yuri y
Javier atacaron Trembling Stars, LostForgotten Flowers y Young And Free, trío maestro que, a
pesar del poso siempre nostálgico y frágil de cada una de las canciones de
Pájaro nos hizo querer despertarnos a la mañana siguiente al calor de sus
discos y de aquellas pequeñas-grandes canciones que siempre caben en nuestra
maleta: unas Sunday Morning Birds, A Love Like Mine, Thirty One o Man´s The Only
Bird Who Has No Feathers… que no pedimos (estúpidos de nosotros) pero que de
buena gana habríamos gritado a grito
pelao. En el siguiente caerán.
No se nos ocurre manera
mejor de afrontar octubre que con una recopilación para los amigos... y además, tostarla. Hemos decidido llamarla "Rolo Vs. Rutina, Vol 7" ¿Por qué?, por que somos así. ¡Feliz octubre!
The LA´s “There She
Goes” (1990)
Canon de perfección en
eso del Pop. Si preguntamos a los Gallagher o a Eddie Vedder (por
poner solo dos ejemplos) te dirán lo mismo. ¿Alguien ha dicho que debería llegar a los tres minutos? ¡A la cárcel del Rock!
Aphrodite´s Child “The
Four Horsemen” (1972)
Coloridas líneas
melódicas setenteras entonadas por un Demis Roussos (pre
Triki-Triki) junto a aquel Vangelis (pre Carros de Fuego) en estado
de gracia. Tema epítome de lo épico cuyos ecos siguen recogiendo
cantidad de bandas con ganas de acabar con túnica. Y sí, Gossiples pillaron los cascabeles grecolatinos.
Fruit Bats “The
Bottom Of It” (2019)
Maravilla retro (cómo
no) a la producción de nuestro amadísimo Thom Monahan. Uno de
nuestros discos favoritos del ´19 el cual contiene el último solo
de Neil Casal antes de su prematura muerte. Una gema Harrisoniana
que, a buen seguro, ahora andará compartiendo con George en alguna
mística cima.
King Princess “1950”
(2018)
Mikaela Strauss, nos
regaló con solo 20 años esta alucinante tonadilla. Solo una pega:
nos hubiera gustado que ese For you hubiera
sido un Fuck you. Ese
jódete al amor platónico al que aún nadie ha cantado. Nos sigue
quedando la duda.
Jeff
Ament “The Divine Perfume” (2021)
Si
la pandemia ha servido de algo, probablemente sea para que esta
fantástica y oscura canción del bajista de Pearl Jam viera la luz.
Solo en su estudio se lo guisó y se lo comió para registrar un tema
a la altura de “Low Light” o “Even Flow”. Se nos queda corta,
Jeff.
Cigarretes
After Sex “Heavenly” (2019)
Perla
dream-pop con voz de chica que no es una chica. La banda de El Paso, que no parece de El Paso, se desquitó con esta canción incontestable... y tan bien mezclada que podrías escucharla en bucle durante el resto
de tu vida.
Emitt
Rhodes “Isn´t It So” (2016)
El
llamado “The One Man Beatles” merecería más de un documental.
Tristemente desaparecido hace un par de años, llora solitariamente
en este impresionante tema la muerte de su esposa (desearía
que estuvieras aquí/.../aún intento agradarte aunque ya no estés/.../cuanto más lo niego, más cierto es…). Acompañado
de la banda de Brian Wilson(que no es poco) consiguió
marcharse de este mundo dejándonos los pelos de punta en este.
Kate
& Anna McGarrigle “Oliver, Remeber me?” (2011)
La
mamá de nuestro Rufus también dejó huella, y mucho más profunda
al final de su vida. Su hijo versionó este tema en su homenaje con
tal intensidad que volvemos al original para rebozarnos en ese
tintineante piano que contesta sin palabras a por que la familia
Wainwright es tan alucinante.
Stormzy
“Crown” (2019)
Buscando en cada
rincón de mi cabeza / Buscando las respuestas que no puedo encontrar
/ Tengo mis razones / La vida tiene las suyas / Intento ser grande y
sé de mis dones / Pero pesada es la cabeza que lleva la corona. ¿Qué
más se puede decir viniendo de ese vozarrón de casi dos metros? ¿A
quién le importa que aún no tenga un Mercury Prize? Enmendaron el
error con Dave.
Mustafa
“Air Forces” (2021)
El
de Toronto en colaboración con Jamie XX se lleva una de las
grabaciones más sentidas de los últimos años. Una oda a la
vergüenza propinada por una industria armamentística al servicio de
los de siempre y a esas "vueltas de tortilla" que tan bien nos venden.
Squid
“GSK” (2021)
Frikada
de los que se echaba de menos en estos tiempos de conservadurismo
rockero. Grabados por WARP!!! parecen tener un futuro brillante. ¡Entérate calamar!
The
English Beat “Save It For Later” (1982)
Clásico
del pop inglés que cumplirá sus 40 primaveras el año que viene.
Una atemporal sucesión de acordes que acompaño (entre otros) al
mismísimo Phil Selway en sus primeros devaneos en esto de la música.
Y, por supuesto, no estás equivocado, puedes cantar la coda final de
“Betterman” durante todo el tema.
The
Damned “Life Goes On” (1982)
Segunda
cuarentona de muy buen ver… y cambio de dirección alucinante por
parte de los de Dave Vanian y
Capitán Sensible (que en este caso se encargó de las voces).
Nuestro disco favorito de los londinenses… y su mejor portada.
“¿Qué significa esa fresa sobre la cabeza del cerdo?”
Preguntó un joven Josele Santiago a Captain Sensible en el cogollo
de Malasaña, a lo que Sensible respondió: “El cerdo es
nuestro público, y la fresa nuestras canciones”.
Brillantes.
XTC
“All At Sudden” (1982)
Como
no hay dos sin tres, solo nos queda rendir pleitesía a los deAndy Partidge, unos XTC de
donde nunca salió nada malo,
y en este caso, menos. Un fretless saltarín
decora una de sus canciones más nostálgicas e inspiradas.
Afinaciones abiertas nos retrotraen mil aromas de los que (no en
vano) fueron elegidos por el propio Andy Summers como teloneros de la
gloriosa tournee de Police un par de años antes.
Cardiacs
“Fiery Gun Hand” (1996)
Siguendo
con las frikadas, aquí los más locos de su barrio. Puro virtuosismo
al servicio de la locura. Lo mismo nos recuerdan a Split Enz que a
The Tiger Lillies, pero siempre para sacarnos una mueca que no se
expresa con palabras. Lástima que Tim Smith también nos dejara hace
nada de nada. ¿Alguien toma el relevo?
Leron
Thomas “I Feel” (2020)
El
jazzman tejano nos dejó con la boca abierta en su nueva propuesta.
No rompe nada, y todo. Obra de infinitos jugos, cautiva a cualquier
musiquero que se precie de ello. Mataríamos por ver su rollo en
directo. Nada de música de ascensor.
Pharoah
Sanders & Floating Points & London Synphony Orcherstra
“Promises- Movement 1” (2021)
Otro
jazzman, en este caso el octogenario Pharoah Sanders unió sus
fuerzas a la electrónica Sam Shepherd (Floating Points) y
concibieron “Pomises” como una de esas obras más grandes que la
vida. Casi cincuenta años de diferencia separan a ambos, pero la
inquietud por ambas partes propició esta obra maestra de sonido
gigante y adormecedor (en el mejor sentido de la palabra). Opio para
los oídos que piden más y más fuerte, que envían calma y sosiego
a las demás partes del organismo y ruegan por nosotros. Amén.
Para comenzar septiembre
como es debido, Vinylola te propone
la ingesta de nuestras tradicionales cápsulas. Siguiendo la premisa clásica del
gran A. Levoisier que rezaba “la
energía no se crea ni se destruye, solo se transforma” te instamos a energizarte con tres pequeñas dosis que
vienen a confirmar (más si cabe) eso de que nadie ha inventado nada... Y menos en
el arte de combinar el sonido y el tiempo. Un trío de ases que se alimentan del
mismo combustible, y que década a década nos ha inoculado ese amor
por unas melodías eyectadas en distorsión que sobradamente te harán afrontar la
vuelta a la rutina. The Song Remains The
Same en 3 estadios. No están todos los que son, pero sí todos los que
están. ¡A jugar!
Estadio 1: Buzzcocks - Can´t Touch It (1979)
Que menos que tomar como referencia fundacional a
nuestra banda favorita de aquel glorioso ´77.
Aunque nos hemos decantado por un tema posterior, no cabe duda (obviando
fantásticos y mastodónticos precursores a Kinks
o Who) que el comienzo del llamado Power-Pop debe mucho al cuarteto
mancuniano. Sirva esto como homenaje al siempre brillante Pete Shelley fallecido hace ya tres años.
Estadio 2: Husker Dü - Sorry, Somehow (1986)
Quizá la banda que mejor recogió el guante de aquellos
maravillosos Buzzcocks fueran apenas
10 años después Bob Mould y los
suyos. Husker Dü ha sido, y en
concreto su líder, toda una institución en esto de la melodía rabiosa, chiclosa
y memorable. A reseñar también su trabajo con Sugar y en solitario que en estos últimos meses se ha compilado en
álbumes tan imprescindibles como necesarios.
Estadio 3: Foo
Fighters- This Is A Call (1995)
¿Qué cabe decir acerca de la inmensa influencia que las dos
bandas reseñadas ejercieron sobre el proyecto en solitario de Dave Grohl tras Nirvana (de nuevo) prácticamente una década después? Tanto la banda
matriz como la continuación del mito
protagonizada por el chispeante batería virginiano no hubieran siquiera
existido sin la aportación de Shelley
o Mould. Un disco fantástico que
marcó el principio y el fin de Foo
Fighters como monumento a la frescura y la actitud. Un trabajo soberbio de
un multiinstrumentista al que seguimos admirando, pero no
tanto.
Por supuesto, el juego continúa. ¿Estadios Piagetianos 4, 5 y 6
en los ‘00´s , ’10´s y (primeros) 20´s? Se admiten propuestas. Nuestras preferencias en una nueva entrega de Cápsulas Vinylola.
Muy contentos y orgullosos de acercaros la última colaboración del equipo Vinylola en "El Escondite del Rock", el fantástico podcast que de alguna manera tomó el relevo de "La Caravana". Unas horas (que se hicieron cortas) charlando con su alma mater, Chema Cabanes (Brujo Malvado) y los tertulianos habituales del podcast fundacional.
En él podréis encontrar más del setenta por ciento de bajistas pululantes y que han paseado por los pasillos del Rock, aunque también cupieron bastantes referencias al Jazz, Blues, Funk... y algún que otro maestro inquieto de las frecuencias bajas.
En definitiva, una experiencia de lo más refrescante y disfrutona del mundo que engloba la Clave de Fa.
Vinylola se suma al homenaje a las abuelas, celebrando este 26 de julio por todo lo alto tan controvertido título. En nuestro caso, lo abordamos (como no podría ser de otra manera) festejando la existencia de quien (ya lejos de observar obras y mirar por el visillo) cubre labores tan importantes como: cuidar de los hijos, cobijarlos en casa ante la falta de empleo, cuidar de los hijos de sus hijos más tiempo que los propios progenitores, proveer de tuppers al resto de la familia… y un sinfín más de tareas ahora imputables a tal parentesco.
Para abrir boca, reivindicamos con un golpe en la mesa (y en español) la libertad que a tan nobles damas debemos brindarles. Basta ya de nietos, STOP tareas de au-pair no remuneradas… y mini-jobs en el caso de las grandma alemanas. Rafa, Juanjo y Jorge (provenientes de grupos tan míticos como PVC o La Frontera), ponen los puntos sobre las íes mediante las fugaces Abuelas Fumadoras. Por cierto, la banda fue bautizada por el Joe más molón que ha existido y existirá (mejor investigar la historia).
Pasando a un terreno más serio (y clásico), nuestra playlist se rinde al himno más himno que se ha podido dedicar a las abuelas. No pudo ser otro más que Bill Withers (recientemente fallecido y homenajeado en este humilde blog) quien musicaliza de manera sencilla y magistral qué es una abuela (al menos para él). Registrada dentro de su clásico de 1971“Just As I Am” ni pasa ni pasará de moda como todo lo bueno, mágico y auténtico.
Cerrando nuestro trío de ases recurrimos a nuestros adoradísimos Vulfpeck, con la que consideramos una de los más bonitos y entrañables homenajes a la figura de la ya-ya, ta-ta o cualesquier onomatopeya que defina a esas personas con depósito infinito de amor, comprensión y aguante: Las abuelas. ¡Vaya por ellas!
Para comenzar
junio nos sumergimos en Ese Éxtasis,
el nuevo largo de Tulsa, o lo que es
lo mismo, la anexión de Charlie Bautista
y Javier Carrasco a Miren Iza, el espíritu, el alma de ese
proyecto, que a lo largo tres lustros nos ha alegrado la vida en sobremanera
(con permiso de Aries y Charades, mágicas aventuras de Isabel Reviriego, su compañera en las
fundacionales Electrobikinis).
Si miramos
atrás, este “Ese Éxtasis”
(Intromúsica/Matxitxako, 2021), podría ser la respuesta que Iza necesitaba
madurar, un honesto autorretrato, como
reza la maravillosa canción de apertura al álbum, que ha estado buscando desde
su “conversión” a formatos con alto componente sintético iniciados en “La Calma Chicha”, una foto fija de su
trayectoria, honesta y sufrida.
Miren en plena grabación de Ese Éxtasis, verano 2020.
Como punto de
partida, nos gustaría reseñar dónde se prendió la primera llama, el germen del
disco, cosa que nos inquieta y atrae, pues Miren eligió las afueras de Daimiel, concretamente una la finca La Manchuela, anexa al Parque Nacional de Las Tablas como
enclave donde empezar a modelar, a echar a volar como las grullas y patos que
por allí a miles aparecen, sus nuevos temas. En ese emplazamiento solitario no
sería de extrañar que surgieran “La
Piscina” o “Destrucción mutua
asegurada” o “Tres venenos”,
aunque necesitaríamos de su confirmación.
Charlie Bautista: Nord, Martin y mascarilla.
El sonido de Ese
Éxtasis consigue justo eso, (como antes hemos verbalizado) sumergirnos
en emociones, con vello de punta y lágrimas en los ojos (¿y qué más da, y qué
más da, si son cosas de la edad?). Ese es el sentimiento. En sus surcos, los
nuevos temas consiguen aunar lo sintético con lo orgánico de un modo
fantástico, sin hacernos recordar siempre manidas texturas foráneas, ricas en
tecnología y cortas en emoción y sinceridad.
Instrumentos "de la tierra".
Mientras caen “Destrucción mutua asegurada”, “Os
oigo follar”o “La boda” (¿esperamos
querella de Amancio Ortega y Chris Martin?) nuestra mente aún
visualiza, paisajes, pasajes e imágenes de las mil y una postales sonoras
anteriores. Como un pequeño libro de relatos se siguen desnudando la más folkie“Dinero caído del cielo”, que vuelve a
urgar entre las líneas de lo justo e injusto, “Los volcanes avisan” y cerrando la hijadeputa (perdónesenos la expresión) “No soy Penélope”, desatándose con ese qué te pensabas, imbécil tan punk como logrado.
Ruralismo ilustrado, éxtasis asegurado.
Sin
olvidarnos de la potente post-producción y grabaciones finales a cargo de Luca Petricca en sus Reno Estudios, Ese Éxtasis se convierte en,un clásico en donde mojar mil y una
veces, disfrutar en el coche a todo volumen con un buen paquete de tabaco
(fumar mata) o contemplar un atardecer en la agreste planicie manchega donde
vino a crearse.
Celebrando el 90
aniversario del llamado “Día de las
Américas”, en el cual el continente hermano conmemora su unión e
independencia, Vinylola mira a
Iberoamérica (como acertadamente, en lugar de los más manidos, peyorativos y
estereotipados latino- y sud-, preferiría denominarla Ian Gibson, nuestro hispanista
favorito) para empaparnos en su ultimísima y excitante escena electrónica más
alejada del perreo.
Con ansias de ser
escuchada, más que contoneada y mostrando un misterioso paralelismo con lo
que en literatura aquellas tierras a tientas fuera de una occidentalización tan
aberrante como la que en Europa mamamos, los tres artistas que aquí presentamos gozan de aquello que solo puede
explicarse atendiendo a una raíz salvaje y particular que por allí aún campa y
que atesoran filtrando (con más o menos reticencias) en su justa medida el
imperante enfoque anglosajón.
Ellos y ellas abandonaron sus respectivos países (Perú, Ecuador y Venezuela), para
obtener el conocimiento y (sí, aún es necesaria) la visibilidad física e
intelectual de desarrollar sus carreras y personalidades, una decisión dura que
destila el atractivo resultado que mostramos a continuación.
SOFIA KOURTESIS
Esta joven peruana que hizo sus maletas rumbo a Berlín en 2019 para intentar dedicarse
al ámbito audiovisual acabó por encontrar su camino en la música. Sorprendente
y mágico encontramos su último EP “Fresia
Magdalena”. Arrancando minimal, con beats crecientes en intensidad pero alejados de la vieja escuela techno o EDM (quizá menos de la onda IDM) que por su corta edad se hace
tangible, no pensamos en otra cosa que en sentir “La Perla”, en dejarnos atrapar por sus fantasmas, viejas fotografías y flores de
campo santo.
HELADO NEGRO
Desde el lado más folk
de estas tres recomendaciones se asoma Roberto
Carlos Lange aka. Helado Negro.
Como segunda generación de inmigrantes ecuatorianos asentados en las afueras de
La gran manzana, Carlos se aleja del
tropicalismo en el sentido estricto para revisitar terrenos más tendentes a
la experimentación. Sin intención de
ser la tercera “digievolución” de un Caetano
Veloso que desemboca en J. Drexler,
Helado Negro se inclina por la
captación de ambientes más que en la optimización de Pro-Tools, además de
incorporar la creación audiovisual (como en el caso de la anteriormente
nombrada S. Kourtesis) al desarrollo
de sus canciones. Como podréis comprobar en esta “País Nublado”, no es necesaria la imagen de apoyo para traer a la
mente cielos plomizos y permanentes lloviznas de latitudes más altas.
ARCA
Completando la trilogía seleccionada, y también mostrando
una potencia visual incontestable,
encontramos a la venezolana Alejandra
Ghersi aka. Arca. Incluso sin
atender a su clara androginia, sus graves y beats (que raramente sobrepasan los 120 pm) aterran, en el mejor sentido de la
palabra. Como pez en el agua, Arca salta sin complejos de esos icónicos
sámplers o cajas de ritmos Roland, Akai
o E-Mu al mundo Teenage Engeneering;
no en vano, sus producciones han sido requeridas por las ligas mayores como en
el caso de Madonna o Björk. Una imaginación digita que hace
sombra a su adorado Richard David James y que tiene tintes de prevalecer sobro
muchos de sus contemporáneos.
Fantástica velada la brindada por Portplane Trío en la lluviosa noche de ayer dentro del ciclo de
conciertos que tan admirable y ejemplarmente está llevando a cabo Sindical Espacio 13 en la manchega localidad de Daimiel.
Rompiendo con la tónica de miedo-mantita-y-casa, los que
allí caímos pudimos volver a encontrarnos un fin de semana más con el pulso
bien vivo de la música en directo que tanto echamos de menos.
Con un estupendo y oscuro “Throw it Away” perfilado por la guitarra de Juli Pavón, el trío abrió su set. Aromas a lo mejor de ECM (que no es poco decir), empastado
por la voz de Marta (fresca y
acertada eligiendo como hilo conductor “la pandemia” a lo largo de todo el repertorio), en nada nos hizo echar de menos a Abbey
Lincoln o Speranza Spalding
rindiéndose a tan delicado tema, haciéndonos entrar de lleno en una selección
de canciones que alcanzarían a cualquier espíritu abierto escondido entre la
audiencia.
Personales acercamientos rítmicos a cargo de Alberto a las baquetas a The Beatles(All My Loving) o a la más contemporánea Corinne Bailey Rae (Put Your Records On), hicieron avanzar el
concierto hacia estándares tan emblemáticos como “A Night In Tunisia” en el que ya nos hubiera gustado fumarnos un
chirifú como Dios manda con el doble de volumen en la mesa y al compás del
acertado octavador de Juli Pavón
invocando a ese Charlie Parker que
no creería ni en sueños lo que a la música le tocaría capear.
Más versiones, como la sorprendente “Por tu olor” de El Kanka,
“Say A Little Prayer” de la inmortal
“Queen of Soul” o una delicada “Lucha de gigantes” que hubiera
hipnotizado a otro autor inolvidable como fue, y sigue siendo Antonio Vega, cerraron un trío de ases
que desembocó en la revisión del último estándar clásico de su variado repertorio: “My Funny Valentine”, dirigida
cadenciosamente al acuario en la que siempre ha nadado elegante y “gloomy”, al
ámbito donde Chet Baker la hizo permanecer (como diría Paco Umbral)
“sublime sin interrupción”.
Un inciso final a cargo de las divertidas “Girls Just Wanna Have Fun” de Cindy Lauper y “Finesse“ de The
Smeezingtons desembocaron en “Is
This Love?” de Bob Marley and The
Wailers, pero con un muy acertado y más arriesgado aroma a Andy Summers que muchos agradecimos.
Como “bombón” final y con el público levantado, Portplane Trío cerró con esa “Amar pe los dois” del entrañable Salvador Sobral. ¿Alguna elección mejor
para tocarnos el corazón e irnos a casa con cara de gilipollas? No.
Para comenzar la nueva (y, por fin) “más oxigenada” primavera, Vinylola
conmemora las diversas fiestas y efemérides que este mes nos recuerda: Día del Padre, San Patricio… y por supuesto, el primer aniversario de nuestro
confinamiento, proponiéndote un disfuncional “totum revolotum” musical basado en estos acontecimientos.
Honramos a todos los papis,
a la estación de las flores, al turbio añito que llevamos y a Irlanda entera con una pequeña playlist. Un trébol de 5 hojas empapado en Guinness, verdor y Dad-Rock con el que puedes hincharte a vejiga de pescado, a correr
por las verdes campiñas (si encuentras alguna) o incluso felicitar a tu padre
disfrazado de duende.
Abrazos y carantoñas de estos, vuestros leprichauns moñas.
U2 “Sometimes You Can´t Make It On Your Own”
Con permiso de FooFighters (ninguno nació en el país de
Joyce), el tema más puramente Dad-Rock de
nuestra compilación. Nota a pie de página: odiamos
intensamente esa etiquetita.
CRANBERRIES “Ode
To MyFamily”
Posiblemente, el segundo tema más ligado a la dichosa nueva
denominación. En cualquier caso, que bien nos sirva para recordar a (en
palabras de la propia Dolores): La Reina de Limerick. Qué demonios,y por
supuesto que lo era (con permiso de R.D. James).
VAN MORRISON “In The Garden”
No hace falta adentrarse en el AOR setentero, ni desempolvar
los discos de Cat Stevens para enaltecer la figura paterna. Sin salir de un pub
norirlandés de mediados de los 80´s encontramos perlitas como esta en la que El
tigre de Belfast homenajeó a su daddy.
SHANE MacGOWAN& THE POPES “Her Father”
Bien podría ser un dardo envenenado al padre de su novia,
pero no pudimos resistirnos a unir Padres y Pogues. Por cierto, el tema ni
siquiera es firmado por el bueno de Shane. Busca algo de Gerry Rafferty/Humblebums
y no te arrepentirás.
APHEX TWIN
“Father”
No estamos muy seguros de si el amigo Richard la desarrolló como oda a su progenitor (y menos atendiendo a su más popular“Come to Daddy”), pero cumplía los requisitos
para cerrar aquí nuestro salto al vacío desde los acantilados de Moher.
Sláinte!
A una distancia prudencial del maremágnum de listados con lo mejor, en lo
concerniente a música popular, a lo largo de este “inolvidable” 2020, Vinylola resume la cosecha musiquera en
10 canciones (5 nacionales y 5
foráneas) que, a buen seguro, podrías añadir a tus favoritos del año.
Obviamos reseñas anteriores de fantásticas bandas con disco recién estrenado, como
fueron Pearl Jam, Enemigos, Ross… o artistas consagrados que también durante los últimos doce
meses decidieron aventurarse en la producción de sus nuevos proyectos (McCartney, N. Young, Dylan…).
Por otro lado, hemos querido
distanciarnos de rankings confeccionados por publicaciones de referencia,
tales como Pitchfork (estupendo y
merecido primer puesto para nuestra amada Fiona Apple) o Rockdelux (nos alegramos de su vuelta, aunque esta sea en formato
digital), para, seguimos enfatizando, centrarnos en canciones que os conduzcan a descubrir nuevas bandas o seguir enamorándoos de lo que tenemos muy
cerca y que tan buenos frutos sigue dándonos al viejo dicho de (como cada año):
“no están todas las que son, pero sí todas las que están”.
Salud y feliz 2021. Qué las disfrutéis.
CANCIONES INTERNACIONALES
SPORTS TEAM “Camel
Crew”
Esta jovencísima banda de graduados en Cambridge ha desarrollado uno de los mejores discos de 2020, “Deep Down Happy”. Nominados al Mercury Prize del pasado año (que al
final se llevó al agua Michael Kiwanuka)
dudaban si lanzar su primer largo (tras su EP de 2018) en pleno escenario
pandémico, pero así lo hicieron, consiguiendo ser uno de los más vendidos en
Reino Unido. Perdonémosles ser pijos, mudarse a Londres como niñ@s bien y
disfrutemos de este melocotonazo de miedo.
LERON THOMAS “I Feel”
A raíz de su colaboración con un personaje tan inmenso,
expansivo y culto como Iggy Pop, descubrimos a este trompetista y compositor tejano que ha dado una vuelta de tuerca al jazz, funk y en última instancia al pop-rock.
Tan poco etiquetable (o menos) que Prince
o Vulfpeck, el buen muchacho se ha
rodeado de músicos inconmensurables para poner en marcha “More Elevador Music”. Una sola canción no puede definir su
propuesta, pero sí indicarte por dónde van los tiros en cuanto al tratamiento
del sonido y las ideas en este ya bien entrado siglo XXI.
LEISURE “Sleeping
Away”
Perteneciente a “Side
A”, su disco del pasado año, los neozelandeses Leisure vuelven a poner miel en nuestros oídos. Con el mismo placer
que escuchamos a Cigarretes After Sex,
Sad Day For Puppets o cualquiera de
las bandas “condecoradas” con esa, a nuestro entender, bonita etiqueta bien
denominada “Dream Pop”, el quinteto
de músicos/productores se marca una gema más cercana al pop-funk-vintage-revisted (para bautismos, los nuestros).
Disfrutable en cualquier situación y con un estribillo sugerente a más no poder
nos evade (y de qué manera) del negro panorama que nos envuelve.
NANCY “7 Foot Tall Post-Suicidal
Feel Good Blues”
Este maravilloso locate con bigote nos vuelve a triturar con
(casi como en todas las referencias a las que hemos dado pie) otro refrescante significado al concepto “vuelta de tuerca”
respecto al sonido de sus grabaciones. Heredero de lo que la Iguana o Bolanpodrían estar despachando en este momento
si tuvieran veinte años y un sábado noche llamaran a la puerta de Ron Asheton buscando maría. Rock
psicodélico procedente de Brighton
de alto octanaje. Detrás de Nancy, Jaimie Hall enfundado en ropajes
femeninos nos retrotrae al glitter
más luminoso, fresco y crujiente. Una apetecible evasión para este año tan poco sabroso.
VIAGRA BOYS “Common
Sense”
Con todo el dolor de nuestro corazón, en este 2020
sustituimos a nuestros queridos IDLES,
por Viagra Boys. Con esa misma
intensidad que contempla y se nimetiza en ambos, hemos de decir que el
dinamismo de los suecos nos pone más
que un lineal “Ultra Mono” que no
nos da nada que no hayamos probado antes. Lo irónico es que su largo (el
segundo en su carrera), “Wellfare Jazz” no
supera a su estupendo “Street Worms”,
no ocurriendo lo mismo con el EPque despacharon en mayo. Desde su
pepinazo “Sports” no nos había atraído
tanto algo de su cosecha. Cuatro temas con los que podían haber seguido esa
senda irónica, contenida y violenta a punto de seguir partiéndote la cara, o en
este caso al Capital, que (a buen seguro) tanto nos
atormentará a lo largo de este 2021.
CANCIONES NACIONALES
MAREN “Fotosíntesis”.
Esta joven vizcaína,
y su madre, sí, su señora madre-manager (la cual la ayudó en la grabación de
este, su primer estreno largo), se han marcado una de los mejores temas de
2020. Muchas tablas las de Maren,
que a su corta edad ya ha abierto para artistas foráneos de cierta magnitud.
Quizá recogiendo esa voz que tanto nos recuerda a Fee Reega, aunque empaquetando el conjunto para un fácil consumo,
hemos acabado rindiéndonos a ella. Hasta le perdonamos su temprana
participación en uno de esos sonrrojantes Talent kids… Maravillosa.
SIDONIE “Mi vida es la música”
Qué decir de Sidonie.
Banda a la que te gustaría odiar, pero de la que es imposible escapar. Desde
aquel “Dragonfly”, que en 2020
cumplió 20 años, no hemos parado de
admirarles por su instinto melódico que ya era evidente. En ellos había algo
especial y siguen confirmándolo trabajo tras trabajo. Además, nos congratuló
conocer que compartieron grabación e interpretación con Sandra (Delaporte) a quien desde esta humilde web (a sabiendas de
su bagaje y nivel de implicación y militancia en este horrible y despiadado
kleenex húmedo que representa el mundo del indie-pop) deseamos que siga una más que
bien cementada senda.
CHUCHO “Hoamm”
Fernando sigue
tan especial como de costumbre, provocando el efecto que todos buscamos al
escuchar un soniquete: la sorpresa y la
sonrisa (siendo indiferente el orden y el matiz de la sensación). Su
escucha nos paralizó al dicho de “es
único”, y eso no es poco, de hecho es lo
más. Deseando desgastar esa fantástica biografía que durante estos días
sigue editando Muzicalia así como el
libro que acompaña (al igual que en el caso de Sidonie. Curioso) a su nuevo disco “Corazón roto y brillante” os proponemos deglutir esta perlita de
tres minutos para seguir alabando los dones de estos manchegos universales. Sí.
BUNBURY“Los términos de mi rendición”
Por méritos propios, Enrique
también aparece en nuestra breve setlist. No iba a ser solo él el que, como
cada año, cita sus favoritos (que en muchos casos también nos encantan). Lejos
de editar un disco durante el año pasado, editó
dos, quedándonos con este fantástico y sombrío tema con el que cualquiera
(que roce la cuarentena…, perdón por el facilón doble sentido) puede sentirse
identificado. Una sinceridad a pesado medio tiempo que nos ha conquistado
instándonos a pulsar el play compulsivamente para sacarlo de una vez por todas de la Cárcel del Rock.
BIZNAGA “Ventanas
Emergentes”
“Rastros que dejo y
revelan lo que deseo”. A pesar de no ser excesivamente fans de su música,
hemos de reconocer que su último largo “Gran
Pantalla”, nos toca la fibra ludista.
Crítica voraz a la tecnología que, como un lobo disfrazado de cordero, nos ojetiza bien de lubricante. Te avisamos: A lo largo de sus apenas dos minutos no te quedará otra que destrozar cualquier dispositivo
electrónico que tenga la desdicha de encontrarse a metro y medio tuyo mientras clamas nevermore, nevermore! Coñas aparte,
estos malageños han sabido cómo expresar en pocas palabras (y acordes) lo que
much@s pensamos y callamos ante posibles represalias. Se echaba en falta algo
así y sí, refrendamos lo que por ahí ya hemos leído: Más que punk. Chapó.