IV Edición del festival manchego,
que contra viento y marea sigue acercando propuestas que para la zona enmarcada
en pleno corazón de la mancha húmeda bien podrían tacharse de arriesgadas. Un
evento totalmente autogestionado que sin ayuda de patrocinadores ni
subvenciones públicas de ningún tipo sigue dando el callo año tras año.
Este año, para el evento abría
“Midnite special” banda que a pesar de una denominación que podría llevar a
engaño, condensa más que el mejor folk-rock americano. Bandas como Wilco y
Drive by truckers o apurando el Ryan Adams mas meditativo bien podrían identificarse
con el quinteto afincado en Madrid. Un buen repaso a temas de su Ep “With
broken bones, still alive” como su impresionante “Wet wood” o a su más cercano
“Power lines” que hicieron las delicias de los allí presentes.
Midnite Special-Apertura de lujo. |
A continuación “Tulsa”. Miren Iza
y sus dos compinches no dieron tregua al pasado y nos metieron dentro de un set
nada indulgente que compramos sin rechistar. Estreno de su nuevo trabajo “La
chicha calma” antes de su salida con el que pateamos terrenos sintéticos y cuyos
protagonistas fueron Moogs y samplers de todo tipo obviando esta vez
configuraciones añejas.
Una corta y vanguardista apuesta
que nadie esperaba pero que dio un matiz emocionante al evento con el que ganó
enteros minuto tras minuto. Lástima de la desaparición entre el repertorio de
sus primeros temas pero un alegrón haber disfrutado de esta primicia “Made in
Brooklyn” pues su gestación se ha venido desarrollando en la gran manzana antes
de venir a parar a tierras daimieleñas para su premiere en exclusiva. Un paso valiente, de esos que llevan la música un poquito más adelante.
Maravilla.
Tulsa-Asalto al mañana. |
Momentos después apareció Jero y
su troupe. Un cielo de guitarras eléctricas desconcertantes y sincopadas se
abrió ante nosotros como una manada de búfalos. Nuevas canciones sorprendentemente empastadas que bajo la batuta de su director musical para éste segundo trabajo discográfico,
Charlie Bautista, justificaron un flamante repertorio con el que actualmente sus
anteriores bandmates no podrían ni soñar. Las ventajas de la
soledad compositiva y un conjunto de aportaciones notables. Personalidad y un
nuevo rumbo que nos congratuló en sobremanera. Una suerte poder haber
disfrutado de la puesta de largo que el Sr. Romero hacía de su "grieta”, y de un
grupo de músicos que cimentaron un set sin resquicios. Maravilla II.
Jero Romero-Madurez. |
Para terminar “Dixie Town”. El
trío gallego amenizó los minutos finales del festival con su gusto por la Experience y otros mil combos
clásicos. Aquí nada nuevo bajo el sol pero un buen broche final para ir echando
un vistazo a las tiendecitas del recinto, hacerse unas fotitos guapas en el
divertido Photo-call o apurar los últimos litros con cara de felicidad.
Mención especial a la organización,
acercando a una zona –a todas vistas- autodeprimida culturalmente una propuesta
que aúna calidad, criterio, riesgo y vanguardia a pesar de la merma en sus cuentas corrientes año tras año. Un banquete de primicias gourmet que evidentemente
–referencia a la no demasiada afluencia de público en el recinto- Daimiel y alrededores no
merecen.
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