martes, 20 de diciembre de 2016

Reseña: “MURCIA SUPERSÓNICA” – Guía apresurada para el turista musical. DVD. 2016. Twin Freaks Studio/Momia Records/La Verdad.

A la espera de hacernos con una de las grandes películas/documentales sobre los retos diarios de cualquier músico para seguir dedicándose a su arte en este infame país como es “Los zapatos no vuelan” que el director Francisco Gené ha lanzado este mismo 2016, hemos tenido la suerte de visionar (vía viaje exprés) un apetecible sustitutivo, una guía visual también rodada este mismo año, que desde el banquillo sale para mostrar lo que en una región concreta, como es la murciana, mucho se asimila a lo que en el resto de la nación ocurre: “Murcia Supersónica”.

Murcia Supersónica, 2016.


Pero hemos de diferenciar. Escenas locales hay muchas, pero dependiendo de en qué lugar de nuestra geografía o momento histórico nos ubiquemos, podemos encontramos con una mayor o menor permeabilidad a las influencias que artistas coetáneos (en este caso, vecinos), pueden ofrecer a los demás, y por alusión al propio público del entorno. Este es el caso de Murcia, donde todos estos factores vienen a conjugarse en “un pueblo grande” que no deja de ser la séptima ciudad por volumen de población del estado… y un buen ejemplo para tomar el pulso a lugares alejados de la centralidad que Madrid o Barcelona acaparan.

Poco que decir para los melómanos patrios acerca de lo que la huerta murciana nos ha venido deparando desde hace más de 30 años atrás: Bluesfalos, Marañones, M-Clan, Ross, Schwartz… para que cualquiera pueda darse cuenta de lo que por aquel maravilloso sureste se cuece con cariño, cuidado y pasión por la música.

Carlos Tarque (M-Clan), en una escena del documental.


Punto positivo para la cinta que Juan Poveda en colaboración con montadores, operadores y editores que sin ánimo de lucro han participado en su creación, es apoyar y sostener todas y cada una las opiniones participantes en el metraje, no habiendo cabida para ese “no muerdas la mano que te da de comer” tan cincelado a piedra en estos tiempos.
Criticas a sus SOS, festivales masivos y piedras angulares de la última era musical murciana (venidos de otras tierras e intereses), bien valen chequear el dvd; pues al igual que un Carrefour ha arrasado al colmado de la esquina, este tipo de eventos solo parece convencer a la más tierna juventud periodística y fan, frente a los músicos con menos intereses, que procedentes de una old-school a la que parece querer enterrársela en vez de escuchar atentamente, se posiciona a favor de la vuelta a los pequeños circuitos, aquellos en los que se escucha, no se requieren Wayfarer, ni tampoco es necesario el `recogidillo’ de los bajos. El precio a la concesión, como bien expresa uno de los discrepantes: “al cabeza de cartel miles de euros, al grupo local un `gracias, ¡cuánta gente te ha visto!’ ”.

Miguel Bañon (Marañones). Imágenes de una de las entrevistas.


No solo en lo histórico o sociológico es bueno el documento, sino también en lo estrictamente musical, pues desnuda el brillante eclecticismo del que aún goza la música murciana. A pesar de que la vibración más meramente pop (independiente o no) sobrevuela la grabación, también tiene cabida en ella esa vena más Rhythm & Blues, Rock, Folk o `bailable´ que tantas alegrías nos ha dado, y que (por suerte) no muestra ese tan ansiado por los grandes titulares “Murcia (o llámalo X) Sound”.

Mención especial a los músicos participantes en esta auto-denominada “guía apresurada para el turista musical” donde los más eminentes como Carlos Tarque, Juan Antonio Fructuoso, Joaquín Talismán o Miguel Bañón, entre otros, filosofan sobre lo humano y lo divino cual hermanos mayores con aquellos que se topan con la pared del eterno `amateurismo’, narrando batallas (que no batallitas) sobre como hay que capearse  hasta la extenuación el tema para que alguien como Second, los mismos M-Clan, o Neuman (también incluido en las entrevistas) puedan ser saboreados a nivel mucho más multitudinario.

Juan Antonio Ross- `Institución pop´. Imágenes en el International Pop Overthrow (The Cavern, Liverpool)


Como moraleja final de este “Murcia Supersónica” podría extraerse su cotidianidad, y el simple amor por la música, el cual se demuestra, como uno de los entrevistados subraya: “con un par de cables y tocando cualquier sitio (…) y aunque poca gente pueda verte o escucharte la sensación de bienestar dura días, meses (…) no estás ahí por nadie, ni por un ayuntamiento… solo por tus canciones”.


Si os interesa, el DVD apareció durante el fin de semana del 9 al 11 de septiembre con el periódico “La Verdad” de Murcia, aunque también está disponible on-line. Como nota curiosa, contiene un tema inédito en exclusiva para él, consistente en una cover del clásico de los Wings “Let´Em In” de 1976 interpretada por un “All Stars” de la música huertana que bien merece la pena buscar.  

martes, 22 de noviembre de 2016

Reseña: ESPANTO “Fruta y Verdura” Austrohúngaro, 2016



Desde que allá por 2008 descubrimos su maravilloso artefacto “Split CD-R” -pequeño EP/maqueta que compartían con Anntona- no hacemos más que esperar el siguiente paso de ESPANTO, pero Teresa y Luis se toman las cosas con calma, pues desde su anterior “Rock and Roll” (Austrohúngaro, ´12) no habían editado un nuevo largo.
Se ve que andan muy ocupados corrigiendo exámenes por el insti

En su nuevo “Fruta y verdura” el dúo riojano vuelve a contar con la ayuda de Genis de Hidrogenesse, pero esta vez de manera más patente que en su anterior trabajo, de tal modo que prácticamente han obviado la parte orgánica. Sí, esos sonidos low-fi que de manera tan divetida y “pasota” adornaban cada una de sus ingeniosas canciones.
Ello no implica que sus últimos temas hayan perdido gancho. Solo hay que escuchar “Morirás” o “Espíritu del bosque” para cerciorarse que el cambio les ha sentado más que bien… simplemente echaremos de menos esos acordes de española acompañados del amateur `fuzz moscardero´ que tanto nos gustaba.

"Fruta y verdura" Austrohúngaro, 2016


En cuanto a la parte lírica, ¿qué decir? Sus dulcemente envenenados versos no hacen más que crecer, haciéndose en este “Fruta y verdura” más tangible su gusto por Vainica Doble, el Javier Krahe más juguetón, o por momentos, los mismos Siniestro.
Esta vez, su obsesión se centra en la búsqueda de la autosuficiencia en la naturaleza frente a la esclavitud a la que la sociedad urbana nos somete. Tampoco escapan a su mordaz crítica, ni el terror a lo inevitable, ni la escena glamourosa de la que gustan pero no se contagian. A esto responde su poca predisposición al directo y a la pompa que la adhesión a pasar por el aro de la sobreexposición cutre que las redes sociales ofrecen, no siendo demasiado fácil seguirles el rastro.

Teresa & Luis. Tan ricamente.


A pesar de todo, su eclecticismo a granel -fruto de haber engullido miles  de discos-, frescura, oscuridad y falta de ambiciones no pasa desapercibida. Una maravilla que el pequeño sello Austrohúngaro les muestre todo su apoyo, facilitando una de esas cosas que parecían extintas: fomentar discografías de largo recorrido en terreno ibérico.

Sería genial si vosotros también os animaseis a buscar sus discos en alguna pequeña tienda o a través de la web www.austrohúngaro.com

No os arrepentiréis. Palabrita de Vinylola.

viernes, 21 de octubre de 2016

Crónica: CAPTAINS: Monkey Week 2016. Sevilla.


Sin rumbo fijo por las calles aledañas a la sevillana Alameda de Hércules, donde el pasado fin de semana se celebró la última edición de esa especie de Austin SXSW a la española que es el Monkey Week, pudimos encontrarnos con una de esas fantásticas sorpresas que aparecen ante ti como un billete de cincuenta euros en el suelo… Y es que como Forrest Gump decía: “La vida es una caja de bombones, nunca sabes cual te va a tocar”. Ese praliné tenía un nombre: CAPTAINS.

Uno de los descubrimientos más emocionantes del año, sin duda. Recientes ganadores del concurso de maquetas del Festival Autoplacer, y también últimamente, de uno de los premios más prestigiosos de la industria del video-clip británico, como son los Soundie Music Video Awards, Captains se plantaban en un minúsculo local llamado “La Sala” ante poco más de quince personas.

Su cantante, guitarrista y performer: Fee Reega, ya anda por el radar de cualquiera que sepa identificar dónde se encuentra una de esas chicas que bajo el adjetivo de “artista total” no suelen encontrarse con facilidad. Pero si a esto le añadimos la visceralidad que David Baldo aporta, todo adquiere una nueva dimensión que, en nuestro caso, acabó por transportarnos a un lugar infinitamente superior al que sus ya de por sí ásperas ―y pocas― grabaciones de estudio nos llevan.

Fee - Mostrando como se hacen las cosas.


Junto con Aaron y Óscar, allí estaba todo: Pixies, Hole…, e inconfundiblemente un espíritu “In Utero” que nos ma-to. En apenas tres cuartos de hora, despacharon temas como “Noisy” y “Heavy Metal Works” que nos transportaron entre pogo y pogo tanto al infierno de la mala ostia como a un cielo “tan dulce como melaza” que diría Manolo García.

A pesar de que la banda arrancó (y terminó) con las mismas ya comentadas quince personas como audiencia, tocaron como si ante quince mil se tratase, dando Fee una lección de cómo se hacen las cosas. Como muestran las fotos, no hizo falta que nadie fregara el local a la mañana siguiente, y es que esta permaneció desgañitándose más tiempo en el suelo que subida en el pequeño escenario de madera. Tremendo. Puro corazón… Esa sensación de haber entrado dentro del docu “Hype!-The Northwest Rock Explosion” (altamente recomendable) no nos abandonó en todo el set. ¿Qué más se puede pedir?

... Desde la patata.


El concierto terminó ―de nuevo― al son de “Heavy Metal Works”, a lo que la señorita Reega no pudo añadir más que:
Mira que sois pringaos. Otra vez la misma


Sin palabras. Una banda de la que deseamos algo físico YA. Algo grande se cocerá donde Captains coloquen sus fauces. Pacientes, esperaremos.


sábado, 17 de septiembre de 2016

Crónica: PABLO UND DESTRUKTION. Sala But (Madrid). Jueves 15 de Septiembre de 2016.


Unas doscientas personas acudieron a la llamada de Pablo und destruktion para festejar su fin de gira en la sala But. Debido a las últimas incursiones del joven astur por tierras madrileñas, quizá se echó en falta algo más de público, aunque -sin duda- el que había supo dar la talla, creando junto con él los mejores momentos de la noche. Tras la actuación de Biznaga, Pablo abrió fuego antes de la hora prevista. A las 22.22 h dio un beso y/o apretón de manos a cada uno de los miembros de su banda… y a echar la faena.

“Los días nos tragarán”, “El aire puro” y “La paz de los justos” pusieron firme al personal después de la matraca de buen punk de garrafón 2.0 de Biznaga. Después cayeron, unas muy rodadas “Extranjera”, “Pierde los dientes España” o “Limonov, desde Asturias al infierno” a las que hicieron justicia el sonido, bueno desde el principio, acercando a fieles y neófitos a la propuesta de Pablo, que a su personal manera iba capeando los comentarios más particulares del lugar. “¡Te invito a una raya!” le soltó uno de esos fans que Pablito considera “de pupilas dilatadas”, dedicándole -para seguir el juego de palabras del muchacho- “Por cada rayo que cae”. Recomendar el after de un colega para después del show, analizar cada uno de sus trabajos -considerando su último “Vigorexia emocional” como “Mainstream”-, o narrar como actuó para una sola persona en Festimad, tampoco fueron paridas que sobraran, haciéndonos pasar un ratico de lo más majo.




La recta final fue encarada con “Busero español”. Sin precio esta última, con Pablo metido entre la audiencia, que haciendo el paseillo miraba atónita como el cantante, centrado -con la mala ostia que le caracteriza metido en vereda- en la letra. Un par de “Matusalenes” (patrocinador del evento) en forma de chupito, impropendios hilarantes -que bien recordaban a esa auténtica y nueva reencarnación de Corcobado- y anécdotas de su reciente incursión por tierras filipinas después, Pablo nos regaló alguna primicia traída de allí como la -llamémosle- “La única ley” para terminar con la tradicional de la cuenca minera Astur-leonesa “Santa Bárbara bendita” que como gas grisú nos tumbó. Tras un par de minutos, en los que Pablo y sus músicos hicieron una breve entrada en backstage anunció que el grupo echaría el cierre (sin paripés) con “Tibio”. Genio y figura.




Gran concierto, y descarnada propuesta del aguerrido asturiano, que consiguió fidelizar al cincuenta por ciento de la sala y ganar a la otra mitad con una actitud que solo refleja una cosa: el éxito de ser él mismo


jueves, 25 de agosto de 2016

Podcast Vinylola: "La Caravana". Kansas (Leftoverture) + Rush (2112)

Os proponemos un nuevo formato: en lugar de hablar de un disco, esta vez comentamos dos. Conviene aprovechar esta oferta, porque pocos 2x1 se habrán visto con mayor calidad que la que traemos hoy aquí. Y es que nos ocupamos de dos discos de culto del año 1976: el Leftoverture de Kansas y el 2112 de Rush. Dos discos llenos de buena música que hicieron que sus respectivas bandas despegaran por fin y consiguieran un lugar en el olimpo del rock. Si no te has acercado nunca a estos dos grupos, quizá sea este un buen momento para hacerlo; y si ya los conoces, esperamos aportar algo con este programa, aunque sea unas risas. Todo ello conducido por la mano diestra de Tommy y aderezado con los bootlegs exclusivos aportados por el Señor X, que en este programa además nos obsequia con una sorpresa física inesperada.




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domingo, 7 de agosto de 2016

Crónica: OCEAN COLOUR SCENE. A Coruña. Playa de Riazor. Festival del Noroeste. Viernes 5/8/´16.

Como “El niño de Elche” comentó durante su actuación en el festival: “Tenéis más programación aquí en cinco días, que en Sevilla durante todo el año”. Así podría definirse el trasfondo que a los foráneos nos trasmitió la trigésima edición del Festival del Noroeste. Cantidad, calidad, y todo –en buen galego- `De balde´. Un atracón en el que, aparte del referido artista andaluz, pudimos disfrutar de propuestas que iban desde los autóctonos, y herederos del mejor Mark Lanegan, “Fripp & Kitte” hasta bandas ya consagradas, como la que nos ocupa: “Ocean Colour Scene”, ya en su penúltimo día. Un verdadero –como Robert Dowland escupiría-, musical banquet.



A cosa de la 1.00, en plena (y fresquísima) Playa de Riazor, y después de haber engullido por enésima vez el mismo set de Triángulo de Amor Bizarro, la verdad es que la cosa no podía estar mucho más animada de lo que en realidad se percibía. El cuarteto, en su formación original, arrancó no con pocas dificultades. Clientes de Mercadona, yonquis vintage y adolescentes de botellón, se entremezclaban entre la audiencia más musiquera, al son del mantra: ¿Quién cojones son estos?; pero tan pronto como el riff de “Day Tripper” comenzó a repicar, por arte de magia, el rollo raro que por allí parecía iba a descargarse en forma de ostia al menos culpable de la bahía pareció disiparse.

Bajo estas coordenadas, los “Ocean” parecían luchar por enganchar (al menos) a la audiencia fiel. De este modo, “It´s My Shadow” o “One For the Road” fueron perfilando lo que fue la primera parte del concierto: hits procedentes de su icónico “Moseley Shoals” de 1996. Así que pasen veinte años –que rezaba el bolero- para que aquellos temas que a todo brit-popero/mod/Stax-Motown fan le encantaban, sigan manteniendo el mismo punch que antaño, a pesar del `biruji´ y la humedad reinantes.

Steve Cradock- A la derecha del `Modfather´


Olvidando las vicisitudes ambientales y climáticas, el sonido y la visibilidad del show, fueron más que envidiables, pudiendo disfrutar de éste sin problemas desde prácticamente cualquier punto, facilitando que esa tremenda “Get Away”, o ya repasando su “Marchin´ Already”, “Better Day” fueran finalmente de lo mejorcito que hemos podido saborear de entre todo el line up participante en esta edición. Especial mención para Steve Cradock (y sus tablas), que luchando contra un teclado cutre-lux que ofrecía (involuntariamente) sonidos más cercanos a la “Orquesta Acapulco” que al piano de Ray Charles, supo solventar magistralmente el inconveniente. Cosas que solo un grande de la música británica puede resolver `in situ´ frente a los casi ocho mil asistentes al evento; todo ello sin desmejorar ni una sola nota procedente de sus SG y Goldtop de cabecera.

Whammy bar que te pego.


Para mediar el concierto, tanto Steve como Oscar Harrison, (y el gran sustituto a las cuatro cuerdas de Damon Minchella), Raymond Meade, dejaron solo al cincuentón barrigotas más simpático de A Coruña: Simon Fowley, que –siempre con un gran sentido del humor- encaró en soledad “Robin Hood” acústica en mano. Tras esto, la retalía de melocotonazos que se preveía tras haber echado un vistazo a sus últimos repertorios en tierras británicas se hizo realidad.

Simon Fowley con cara de... ¡¿Qué leches os pasa, mtfckrs?!


“Profit In Peace” (esta vez, con bastante más ayuda del público), “So Low”, o la imprescindible “The Day We Caught The Train” fueron las encargadas de encarar la recta final de su actuación, responsabilidad que, sin grandes sorpresas, recayó sobre el doblete “Traveller´s tune” + “Hundred miles high city”.

Oscar "Menos mal que sigues ahí, rompiendo parches cerca de mí" Harrison.


Como siempre, se echaron en falta, grandes números como los procedentes de su ampliamente ignorado “North Atlantic Drift” , o soniquetes tan estupendos como una “Up on the Downside” que nos hubieran machacado como bis de postín. Cuestión de gustos, -y suponemos- también de una química que podía haber sido mucho mejor entre OCS y una parte del público que, a buen seguro, no supo apreciar las bondades de la mítica banda inglésa al cien por cien. Una hora y cuarto de soul/folk del bueno que nos supo a vieira. Los volveremos a buscar.

Fotos y Texto: Vinylola.





viernes, 29 de julio de 2016

CÁPSULAS VINYLOLA: 3 Razones para enamorarte de Phil Collins en 5 minutos.


En nuestra siguiente receta, reivindicamos otro pobre vapuleado por medios, críticos y toda clase de narrow-minded people, (como llamaba el gran Elvis Costello a sus fans cada vez que le acusaban de `faltar´ a sus coordenadas Post-Punk). Un batería que quiso ser algo más que el rompeparches de la parte posterior del escenario. Un bicho inquieto y exigente, que hizo de su sentido del humor su bandera y de su capacidad técnica y creativa el medio para liderar proyectos del más alto nivel a lo largo de sus casi 50 años de carrera.

Mr. Collins. Todavía cuidaba de sus puntas.


1. Nuclear Burn, 1976.

Nada más acabar la grabación del primer disco de Génesis en su era Post-Peter Gabriel, Phil no solo se ocupa de tomar el timón de los mismos –con gran éxito-, sino también de formar una de las bandas de culto más increíble y esquivas: Brand X. Aquí su tarjeta de presentación. `Jazz-progresivo´ de veinticuatro quilates, regado de cachondeo surrealista.


2. Invisible touch, 1986.

Uno de los temas más representativos de su personal `toque´ continuando al frente de Genesis. Puedes echar un ojo en cualquiera de las discotecas más eclécticas –como la del malogrado Jeff Buckley- para averiguar que sus creaciones no solo eran pasto de los amantes del `easy listening´.



3. Another Day in Paradise, 1989.

¿Dónde parecen estar los más de 15 millones de copias que lleva el bueno de Phil despachadas de `...But Seriously´?. Nadie cree saberlo. Un álbum de lujo, acompañado de grandes figuras como Eric Clapton, Leland Sklar, o el ahora súper-cotizado Dominic Miller fueron algunos de los músicos que dejaron su impronta en este LP, lleno del característico sarcasmo político de Collins, en el caso de `Another...´ referido a los millones de homeless que poblaban y pueblan gran parte de los States. Infaltable.


Fuera tontos prejuicios, y que disfrutéis de Felipillo

Podcast Vinylola: La Caravana - Alan Parsons Project - Tales of mistery and imagination - 1976

Aprovechando que Alan Parsons ha visitado nuestro país hace poco, nos proponemos rendir un justo homenaje a uno de los álbumes que más ha girado en nuestros tocadiscos: "Tales of mistery and imagination" de Alan Parsons Project. Se cumplen 40 años de la publicación de este álbum (el primero de la banda) donde Erik Woolfson y Mr. Parsons se presentan en sociedad con una música impecable basada en la obra de Edgar Alan Poe. Aprovechamos también que tenemos al Señor X entre nuestras filas ya que es una autoridad en la obra de Alan Parsons (recordemos que es redactor del único blog dedicado por entero a este artista en España). Os proponemos por tanto un programa con un formato algo distinto, lleno de bootlegs y rarezas (como no podía ser de otra manera siendo el conductor el Señor X), que puede servir de introducción para los que no conozcan este gran disco y a la vez un suculento manjar lleno de documentos únicos para los que, como nosotros, crecieron escuchandolo. ¡...and said the raven... nevermore!




viernes, 15 de julio de 2016

Podcast Vinylola: La Caravana. Genesis: A trick of the tail y Wind and wuthering

Vinylola te presenta esta vez un episodio muy especial, ya que nos dedicamos a analizar dos discos en lugar de uno: A trick of the tail y Wind and wuthering, del grupo inglés Genesis. La Caravana ha decidido recalar en estos dos álbumes debido a su importancia, a que los dos fueron editados en 1976 y que fueron los primeros discos de la banda sin Peter Gabriel a la cabeza y los últimos en los que intervendría el gran guitarrista de la etapa clásica del grupo: Steve Hackett. Tras la marcha de Gabriel, Genesis se encontró en la difícil conyuntura de sustituirle y optaron como mejor solución por reconvertir a su batería Phil Collins en vocalista y frontman. Phil asumió el reto de tal manera que dio lugar a su disco más vendido hasta la fecha e inauguró la etapa de más éxito comercial de la banda. El resto, como dicen, ya es historia. Acomodaos en el asiento de atrás de La Caravana para asistir a una de las épocas más emocionantes de uno de los grupos más importantes del rock progresivo.


viernes, 8 de julio de 2016

Crónica: WILCO. “Las noches del botánico” Madrid, sábado 2 de julio de 2016.


La semana pasada, y dentro de la programación que engloba “Las noches del botánico” pudimos disfrutar de Jeff Tweedy y sus muchachos. Unos Wilco sobresalientes, que supieron demostrar, en un entorno privilegiado (la visión y el sonido fueron más que buenos) por que, han sido, y siguen siendo una de las bandas puntales del rock americano contemporáneo.

En el set no faltaron sus fundamentales  “I am trying to break your heart”, “Art of almost”, “ Spiders (kidsmoke)”, “Heavy metal drummer” o la espléndida “Jesus, etc” que de la mano del bueno de Nels Cline, como siempre, subieron a un nivel estratosférico. Muchas horas de ensayo, muchas tablas pateadas y muchas noches de show, son las que esta troupe atesora; pues la sincronización, tanto instrumental, como rítmica de la que hicieron gala dejaron boquiabierto a más de uno.

Wilco- Noches del botánico.


Como ejemplo, la cumbre de la primera parte del repertorio que representó “Imposible Germany”, donde el guitarrista solista emuló, con ayuda de su fuera de lo común vibrato,  a muchos de los mejorcitos que acarician las seis cuerdas con maestría y gusto. Un auténtico anti guitar hero con más tintes de haber pertenecido durante años a una banda punk que de atesorar cientos de discos grabados como músico de estudio. Por supuesto, no desmereció el resto de la banda. Máxima concentración y flema fue lo que el sexteto titular derrochó a lo largo de la casi hora y media en la que también desparramaron “Dawned on me” o la fantástica “The late greats” que cerro para dejar paso al bis.

Nels al dobro.


Apenas cinco minutos hicieron falta para que los pipas, encabezados por el que parecía hijo putativo de John Holmes, situaran el equipo acústico con el que el grupo de Chicago remataría la jugada para nuestro goce y disfrute.

Seis temas fueron disparados como certeras balas. Desde nuestro considerado clásico “Misunderstood” hasta, para finiquitar su `unplugged´ el tema que formó parte de su proyecto junto al gran Billy Bragg “California” nos hicieron derramar más que una lagrimilla, pues adrede, el grupo optó por no dar rienda al equipo de sonido, tocando y cantando sin prácticamente apoyo de la amplificación. Un detalle mágico que culminaron con una “A shot in the arm” que nos dejó a todos sin voz, en una parte por un karaoke al que casi nadie pudo resistirse, y por otra, debido a la intensidad emocional con el que Mr. Tweedy cerró el concierto embelesando al personal que allí babeábamos.

Fin de fiesta. Sentados junto a la fogata.

Otra noche mágica, de mano de una de esas bandas de las que puede decirse, hacen avanzar la música hacia parajes donde permanecerá gigante e incorrupta durante muchas, muchas décadas. Brillante.    

domingo, 19 de junio de 2016

Crónica: MAD COOL Festival. Madrid, 16-18 jun 2016

A lo largo del pasado fin de semana pudimos disfrutar del nuevo gran festival capitalino, que pretende rivalizar, cual Madrid-Barça, con el Primavera Sound catalán. Para ser la primera edición, y salvando incomodidades propias de un arranque de cero, no salió del todo mal. Obviando pequeñas (y no tan pequeñas) pegas que se fueron solventando prácticamente sobre la marcha y una denominación que adolece de toda personalidad y originalidad (Mad Cool), creo que a todos los que a él asistimos nos encantaría que tuviera continuidad. ¿Cuándo sino, podríamos disfrutar de artistas tales como los Jane´s o Neil Young apenas a una hora desde cualquier punto del centro del país?. No le demos más vueltas.

Cada uno pudo elegir su devenir en el festival, aunque nosotros nos centramos en los cabezas de cartel y propuestas cercanas a la posibilidad de hincharnos a cañas en los alrededores del popular barrio de Villaverde, sin tener que pasar demasiado por esos insufribles “Cashless” points tan alejados del tradicional pack, calimotxo+breva por la mitad del precio que se estableció en el interior de la Caja Mágica. Todo un lujo, imposible en otros auténticamente snobistas entornos festivaleros.

The Who- Momento "I hope I die before I get old" encogida de brazos. Antológico. 


El jueves, abrimos boca con unos The Who que nos gustaron mucho más que en la última ocasión que tuvimos de verlos, allá por mayo de 2007. Un show basado en su 50 aniversario arrasó entre veteranos y neófitos. Unos Pete y Roger pletóricos (y super-cachondos) nos hicieron pasar un rato de aúpa con temas de todas sus épocas. No quedaron fuera, ni Tommy, ni Quadrophenia, ni Who´s Next, ni tan siquiera muchos números primigéneos que, para nada esperábamos encontrarnos. 

Paseo por Brighton sin salir de Villaverde.


Mogollón de proyecciones, que con cualquier otro artista resultarían cansinas y ególatras, con nuestros broncas favoritos resultaron de lo más agradables y potentes, acompañando cada una de las canciones de manera efectiva y, por que no decirlo, conmovedora, rozando a veces la experiencia religiosa, como venía a cantar un señor que no me acuerdo. Historia viva.

Ya, el viernes, abrimos un poquito más el espectro, pudiendo asistir a medio concierto nuestros adorados Kings of Convenience. Medio, debido a la cola que se formó a la entrada de uno de los escenarios secundarios, suponemos, debido a las premisas respecto a la seguridad del recinto. No nos pesó, pues a pesar de la poca intimidad que el lugar rezumaba, Erlend y Eirik, esos dos vikingnerds que tanto nos emocionan, se veían felices disfrutando del ambiente festivalero. Un set, ampliamente copado por referencias de sus dos últimos trabajos “Riot on an Empty Street” y “Declaration of independence” se encargó de darnos todo lo que pedíamos, de manera rápida y efectista. Con todo y con ello, los seguimos prefiriendo en locales más adecuados a su propuesta o, como no, sonando en alguna playa mientras cae el sol.

Kings of Convenience- Corazones, Minions y Toy pianos.


Emoción, intriga, dolor de… Llegan los Jane´s. Un muñecote gigante (cortesía de la organización) nos da la bienvenida, mientras esperamos confortablemente a diez metros del ampli de Dave Navarro (a reseñar, la perfecta visibilidad de cada uno de los escenarios, estés donde estés). Un punto cool. Todo apuntaba a momentos de gloria, a esos que llevas deseando disfrutar desde que alguien te puso en la oreja a estos cuatro angelinos de tomo y lomo, sin ni siquiera saber que, además de ponernos palote (auditivamente hablando), estaban tan buenorros, pero… Plufff. Durante la primera mitad de su prometida performance de “Ritual de lo Habitual” solo sonaba el back-line. Sí amigos, solo se escuchaban ellos. Fuera todo era confusión. Uno de los mejores comienzos para un largo se nos escapó. Un coitus-interruptus en toda regla. Adiós cara A.

Muñecote de Bienvenida al fiasco técnico del año.


Dave y Perry se miraban inquietos, y viendo que no había reacción entre el público ante tal avalancha, no les quedaba otra que recurrir a uno de los técnicos para averiguar qué ocurría. Uno de los momentos más embarazosos que uno recuerda. Pasado esto, todo marchó. Comienza la cara B, y todo en orden. Por fin nos podemos desquitar del disgusto. Ahora todo fluía. Una “Three days” impecable y gloriosa trajo la amnesia a nuestras sufridas masas encefálicas mientras las endorfinas se conjuraban para hacernos disfrutar de todo lo que quedaba. Terminado su clásico del 90, todavía les dio tiempo de desplegar su retalía de efectos visuales y escénicos. Perry, esa “Mask”, esa serpiente de escenario, deambulaba con su botella de “sangre de toro”, mientras que Dave, todo mazado él, se hacía querer por las fans. Hasta le echó los trastos a una, que por cierto, le dio calabazas (esto casi es País Vasco, Dave). 

Dave, Perry, Stephen y sus chicas.


Así pasaron, strippers, artistas circenses colgadas por el pellejo, besos, calzoncillos con relleno (Stephen Perkins) y la señora Farrell, en body rojo. Sencillamente L.A. Simplemente la semilla de lo mal llamado alternativo, que dio lugar a Indies, Lollapalloozas, y bla, bla… Un fin de fiesta a cargo del trío “Jane Says”, “Nothing Shocking” y “Just Because” nos remató, para finalmente relamernos con lo acontecido; pero, por favor Sr. Técnico, no más comienzos así.

Echamos el cierre con 091. Muchas ganas de reencontrarnos con una de las mejores bandas de rock español que ahora, comienza una nueva andadura. Relegados a uno de los escenarios secundarios, hubo que echar carreras para poder llegar antes de que la masa enfervorecida allí acudiera. No fue así lo que nos encontramos. Apenas trescientas personas, que los añoraban tanto como nosotros estaban relajadamente esperando el show. ¿Una banda seminal, no se merece más? Saboreemos el repertorio sin juicios morales.

091- Sobriedad y oficio.


Un sonido perfecto y contundente acompañó en todo momento a Lapido y los suyos, a pesar de la corta prueba de sonido, cosa que dejó paso a temas, sobre todo pertenecientes a su primera y media época. “El baile de los locos”, “Otros como yo” o “Qué fue del siglo XX” sonaron tan compactas y potentes como una estampida de búfalos. Como única pega, a estos granaínos, en plena forma, quizá se les echó en falta un poco más de contacto con el público, pues, a pesar del brutal sonido, la actuación se percibió plana, quizá fruto del cansancio y las horas que banda y público acumulaban encima, echándose también mucho de menos algo más de su última etapa, “Sigue estando Dios de nuestro lado” y “La noche que la luna salió tarde” se quedaron cortas para lo que unos fanáticos de su “Todo lo que vendrá después” esperábamos. Nos veremos más.

El sábado, y para rematar el festival, el plato fuerte. Neil Young + Promise of the Real. ¿Qué cabía esperar del viejo Neil? Pues uno de esos conciertos que crean afición. Y por supuesto, así fue. Entre la audiencia, resaltaba la amplia orquilla de edades expectantes ante la salida del gigante canadiense. Niños de 7 años, al lado de septuagenarios dotaban al evento de un buen rollo difícilmente igualable. Ni tan siquiera, en su última visita a la península, allá por el Primavera de 2009, pudimos contemplar tan heterogénea audiencia.

Neil- Él solo, podría curar La Tierra (y medio sistema solar).


Young no se andó por las ramas. Tras una siembra del escenario a cargo de dos guapísimas granjeras, el artista se marcó del tirón cuatro de sus grandes clásicos “After the gold rush”, “Heart of gold”, “The needle and the damage done” y “ Out of the weekend” que impulsadas por su viejo piano y acústica Martin, nos partieron la patata. Después, y tras una enigmática fumigación a cargo de una sospechosa cuadrilla de la química Monsanto a esas pobres semillas, el viaje continuó.

Cinco años de ingeniería química, para esto.


“Human Highway”, “Unknown legend” o “Someday” nos posicionaron de nuevo en terreno clásico, interpretando, ya con su Gretsch blanca en mano “Alabama” y “Words (between the lines of age)” . Para ir finiquitando el set, Neil y la troupe del joven Lukas Nelson (por cierto, fantástica y recordándonos en sobremanera a esa descarnada e inolvidable época “Mirrorball”) nos apabullaron con, entre otras, dos jams de aquí te espero. La primera, de unos 22 minutos, sobre “Down by the River”, y la segunda, balanceando “Like a Hurricane”, arriba y abajo, Blackie mediante, como en los viejos tiempos. Old School en estado puro que puso a nuestros músculos horripiladotes a prueba en no pocas ocasiones.

La infaltable “Rockin´ in a Free World” cerró una lista de temas que Neil y sus chicos no quisieron lacrar hasta cinco minutos después, con un único bis (también de todo el festival) en el que se despidieron interpretando una tan ruidosa como mágica “Love and Only Love”. Memorable.

Para despedirnos, Vinylola cerró el festival acudiendo a la llamada de nuestro Xoel López, que con la profesionalidad que le caracteriza despachó más de una decena de canciones que empezaron sonando no demasiado bien, pero que una banda de campeonato se encargó de apañar hasta llegar al diez. Temas de todas sus épocas fueron llegando, agradables y alegres ante los casi mil asistentes. Especialmente bien sentaron “Reconstrucción”, una versión de “Tierra” más centrada en los teclados a cargo de Charlie Bautista, y esa bonita adaptación de la popular gallega “A serea e o mariñeiro” que nos gustó especialmente. Acierto seguro, acercarse a gozar de Xoel y los suyos, a pesar de que su “Paramales” aun no te haya caído en las manos.

Xoel López- Satisfacción garantizada.


Despedida y cierre a un fin de semana más que entrañable en una muestra, en la que, gracias a Dios sabe que ente-promotora-cuarto poder-mafia-logia, el pueblo llano ha podido empaparse de historia de la música, cultura en general y aprovechar unas instalaciones tan infrautilizadas como magníficas para tal efecto, por un precio más que ridículo. A pesar del Mad y del Cool... esperamos repetir.