Para comenzar junio nos sumergimos en Ese Éxtasis, el nuevo largo de Tulsa, o lo que es lo mismo, la anexión de Charlie Bautista y Javier Carrasco a Miren Iza, el espíritu, el alma de ese proyecto, que a lo largo tres lustros nos ha alegrado la vida en sobremanera (con permiso de Aries y Charades, mágicas aventuras de Isabel Reviriego, su compañera en las fundacionales Electrobikinis).
Si miramos
atrás, este “Ese Éxtasis”
(Intromúsica/Matxitxako, 2021), podría ser la respuesta que Iza necesitaba
madurar, un honesto autorretrato, como
reza la maravillosa canción de apertura al álbum, que ha estado buscando desde
su “conversión” a formatos con alto componente sintético iniciados en “La Calma Chicha”, una foto fija de su
trayectoria, honesta y sufrida.
Miren en plena grabación de Ese Éxtasis, verano 2020. |
Como punto de partida, nos gustaría reseñar dónde se prendió la primera llama, el germen del disco, cosa que nos inquieta y atrae, pues Miren eligió las afueras de Daimiel, concretamente una la finca La Manchuela, anexa al Parque Nacional de Las Tablas como enclave donde empezar a modelar, a echar a volar como las grullas y patos que por allí a miles aparecen, sus nuevos temas. En ese emplazamiento solitario no sería de extrañar que surgieran “La Piscina” o “Destrucción mutua asegurada” o “Tres venenos”, aunque necesitaríamos de su confirmación.
Charlie Bautista: Nord, Martin y mascarilla. |
El sonido de Ese Éxtasis consigue justo eso, (como antes hemos verbalizado) sumergirnos en emociones, con vello de punta y lágrimas en los ojos (¿y qué más da, y qué más da, si son cosas de la edad?). Ese es el sentimiento. En sus surcos, los nuevos temas consiguen aunar lo sintético con lo orgánico de un modo fantástico, sin hacernos recordar siempre manidas texturas foráneas, ricas en tecnología y cortas en emoción y sinceridad.
Instrumentos "de la tierra". |
Ruralismo ilustrado, éxtasis asegurado. |
Sin
olvidarnos de la potente post-producción y grabaciones finales a cargo de Luca Petricca en sus Reno Estudios, Ese Éxtasis se convierte en,un clásico en donde mojar mil y una
veces, disfrutar en el coche a todo volumen con un buen paquete de tabaco
(fumar mata) o contemplar un atardecer en la agreste planicie manchega donde
vino a crearse.
Chapó.
Texto: Vinylola
Fotos: IG
No hay comentarios:
Publicar un comentario