BOB DYLAN. Teatro de la Axerquía, Córdoba. Jueves 9 de Julio de
2015.
Fecha cordobesa del dylaniano “Never ending tour” que nos
dejó más que satisfechos de haber adquirido esos tickets no demasiado baratos,
pero sí lo suficientemente buenos como para disfrutar del tío más talentoso de
Duluth en un entorno privilegiado, el Teatro de la Axerquía.
Ya en la fila, uno de esos “locos maravillosos” que siguen a Bob
por el mundo preconizó el set del concierto, sin desde luego, mucho desatino, además de
contar historias sobre compañeros y compañeras que desafían a sus
guardaespaldas en los hoteles reservando las suites de al lado.
¿Por qué, si hay devotos que se desplazan a Lourdes, dejándose mil
euros, ansiosos de un milagro, no voy yo a seguir a Bobby en su gira española?
Eso sí, sin gilipolleces
–exclamaba-.
No hay más que rascar, lo de Dylan es cuestión de fe y todo lo
demás, hablar por no callar.
Al grano. Mr. Zimmerman, respetable señor de 74 años, hizo
lo que sabe, exprimir sus últimos discos frente a la indulgencia por la que
podría optar atacando el cogollo de su obra. Así lleva años, y es lo que hay.
Parece soltar entre líneas “Si no te gusta, no vengas. No lo pases tan mal”.
Para nosotros, ya es más que un logro que este entrañable abuelete se marque un
repertorio de veinte canciones –exactísimas-, aportando saber hacer, tablas
para parar dos trenes y una fina voz de lija que cada vez nos atrapa más.
Cartel mangado. Decoración para la redacción de Vinylola.blogspot.com |
“Things
have changed”, “She belongs to me” y “Beyond here lies
nothin´” abrieron el concierto. Gran sonido y a rodar. Sus músicos de siempre, como de costumbre,
brillaron sin virguerías, con un soniquete entre temas más que atractivo. Algo
así como una música de continuidad que anticipaba la tonalidad del tema por
venir. Genial, sutil y cosa de maestros. Así prosiguieron “Pay in blood”,
la sinatrada “Full Moon and Empty arms” –por cierto, bellísima-, y una
sorpresa rescatada de su “Blood on the tracks” como fue “Tangled up
in blue”. Poco después y sin mediar palabra, como en los anteriores shows
de Madrid y Granada, parón de veinte minutos para que el adorable ancianico
descanse un ratín, y vuelta al corte.
Posible fotografía chula de Dylan y su banda. Hacer fotos estaba prohibido. |
En esta sección pudimos, entre otras, saborear “Spirit on the
water”, “Soon after midnight” –fantástica- u otra sinatrada, aunque
igualmente atractiva “I´m a fool to want you” con la que cerró su
repertorio, de nuevo sin echar la vista atrás, ni soltar un mu.
Breve encore encabezado por una “Blowin´ in the wind” no
demasiado alejada –para lo que él acostumbra- de su armonía original y “Love
sick” echando el cierre. Ahora sí, con saludo a lo torero incluido. Olé.
En éste bus de cristales tintados salió Dylan. Probablemente saludó a Vinylola. |
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