martes, 10 de diciembre de 2019
Podcast Vinylola: La Caravana - 5x05 - 1989
Volvemos a la carga para homenajear un puñado de discos editados en el año 1989 que nos parecen destacables. Como siempre, no están todos los que son y mezclamos las churras con las merinas. Simplemente os proponemos una serie de discos variados dentro de los cuales descubriréis a buen seguro algo que os puede llamar la atención. Sin duda había calidad ese año, que cerraba la década de los 80 y auguraba el cambio que se produjo en el devenir de las propuestas musicales en los años 90.
Analizamos estos discos, en este orden:
1. Paul McCartney – Flowers in the dirt
2. Elvis Costello – Spike
3. Galaxy 500 – On fire
4. Rush – Presto
5. Lou Reed – New York
6. Pixies – Doolittle
lunes, 25 de noviembre de 2019
Crónica: Eilen Jewell, viernes 22 de noviembre en la Sala El Sol
Escribo esto dos días después del concierto, mientras trato de asimilar y poner en contexto lo vivido el pasado viernes en la sala El Sol. Cerca de dos horas de concierto (¿o fue más el tiempo que pasamos inmersos en ese universo que con trazos repletos de delicadeza nos pintaron Eilen y sus secuaces?) en las que Eilen no solo demostró su maestría sobre el escenario, sino que además dejó clara su pertenencia a ese Olimpo de elegidas al que pertenecen otras grandes damas del folk rock americano como Emylou Harris, Alison Krauss o Lucinda Williams.
Pero volvamos al viernes.
Noche lluviosa e invernal en Madrid para recibir a esta “Reina de la Escala Menor” procedente de Idaho, un clima que nos persigue mientras bajamos las escaleras en busca del calor humano exhalado por el público que llena una Sala El Sol remozada para la celebración de este su 40º aniversario de existencia. Es el público de las grandes ocasiones y se percibe la expectación en el ambiente como la carga eléctrica en el aire poco antes de desatarse la tormenta.
Eilen es pequeñita, de complexión aparentemente frágil, y casi parece que se aferre a la guitarra como si necesitase de su apoyo para sostenerse sobre el escenario, pero, una vez que comienza a cantar, despliega una grandeza y una seguridad apabullantes sobre toda la audiencia. Viene a presentar su décimo disco y así lo deja claro en los primeros minutos del concierto en los que se dedica a mostrarnos las canciones que lo componen. Interpreta “Gypsy”, que da título al disco, “Hard Times”, “Crawl” o “Miles to Go”. Lo hace acompañada de su banda habitual que integran el septuagenario Jerry Miller, a la guitarra vaquera, Jason Beck a la batería, y Mat Murphy al contrabajo.
El sonido de la banda es compacto y claro. De estructura simple pero cargado de los matices que aportan los coros y los riffs de guitarra. Muy por encima destaca la voz de Eilen, acentuada por el vibrato de la guitarra de Jerry, que nos traslada inequívocamente a ese paisaje de amplias llanuras en el que los límites son difusos y el rock y el country se dejan contaminar por los sonidos procedentes del otro lado de la frontera.
Y Eilen no deja de demostrar su manejo del castellano entre canción y canción. Curiosa la relación que mantiene con nuestro país, no sólo por sus continuas visitas. Ni siquiera porque haya titulado una de sus canciones con el nombre de un conocido combinado patrio, “Kalimotxo”. La primera vez que vino a Madrid lo hizo gracias a la tienda de discos Radiocity (en cuyo honor tituló una de sus canciones). En esta ocasión casi se podría decir que haya venido a despedirla puesto que la tienda cerró recientemente y se la pudo ver celebrando el pre-concierto con sus propietarios. Se nota que disfruta sus visitas a la ciudad y deja traslucir esa conexión con el público madrileño a lo largo de todo el concierto, bromeando y contando anécdotas.
Tras esa descarga inicial de temas, aprovecha para mirar en el espejo retrovisor y mostrarnos algunas de las canciones de sus anteriores discos como “Rain Roll In”, “These Blues” o el Honky Tonk “Heartache Boulevard”, pero también para homenajear a su adorada Loreta Lynn (a la que dedicó el disco de versiones Butcher Holler) con la estupenda “Deep as Your Pocket”.
Llega el momento de una breve pausa, el momento de presentarnos a su mano derecha a la guitarra eléctrica (it’s Miller time, aunque en la sala sirven otra marca de cerveza), el increíble Jerry Miller, de longeva vida musical, quien tiene su propia banda, y con quien, nos cuenta, ha
colaborado para grabar “You Care Enough to Lie” en el último disco de Pinto Benett, canción que interpretan seguida de esa celebración de las noches de autoestima etílica que es “High Self Booze”.
Pero sin duda alguna, el momento más emotivo del concierto llega con la interpretación de la preciosa “Santa Fe”, de su disco “Queen of the Minor Key”, que es coreada por un público completamente entregado a estas alturas a la cantante de Boise. Después vendrían “I Remember You”, del mismo disco, “Working Hard For Your Love”, “Sea of Tears” y “Witness”, tras las que llega la hora de rendir sentido tributo al Blues, un estilo que la banda maneja con la naturalidad de quien se ha criado musicalmente a su sombra, con lo que encauzan la recta final del concierto interpretando algunas de las canciones de su disco de versiones de blues del 2017. Es tiempo de coger la tabla de lavar como acompañamiento rítmico e interpretar el blues añejo de Big Maybelle y su canción “Don’t Leave Poor me”, el de Willie Dixon con “You’ll be Mine” o, como no, el de Bessie Smith con “Downhearted Blues”.
Y así el campo ha quedado despejado, la cosecha recogida y una vez que el grano ha sido separado de la paja, no queda otra cosa que celebrar el final de la jornada (y del concierto) con una despedida apoteósica. Suenan la roadsong “Back To Dallas” y la divertida “79 Cents (the meow song)”, dejando para los bises una acojonante versión del clásico garajero “Shakin’ All Over” con la que dicen adiós a una sala en pleno éxtasis.
Hay pocas ocasiones de asistir a un espectáculo tan humilde y sincero. Un ejemplo de honestidad interpretativa, sin pretensiones, con la experiencia que dan los años recorriendo esos escenarios del mundo. Nuevamente pudimos disfrutar del placer de ser testigos de esa liturgia entre una artista y sus canciones, y sentirnos privilegiados por permitírsenos estar presentes en ese momento íntimo. Gracias.
Texto e Imágenes: Miguel Á. Garzás.
Pero volvamos al viernes.
Noche lluviosa e invernal en Madrid para recibir a esta “Reina de la Escala Menor” procedente de Idaho, un clima que nos persigue mientras bajamos las escaleras en busca del calor humano exhalado por el público que llena una Sala El Sol remozada para la celebración de este su 40º aniversario de existencia. Es el público de las grandes ocasiones y se percibe la expectación en el ambiente como la carga eléctrica en el aire poco antes de desatarse la tormenta.
Eilen es pequeñita, de complexión aparentemente frágil, y casi parece que se aferre a la guitarra como si necesitase de su apoyo para sostenerse sobre el escenario, pero, una vez que comienza a cantar, despliega una grandeza y una seguridad apabullantes sobre toda la audiencia. Viene a presentar su décimo disco y así lo deja claro en los primeros minutos del concierto en los que se dedica a mostrarnos las canciones que lo componen. Interpreta “Gypsy”, que da título al disco, “Hard Times”, “Crawl” o “Miles to Go”. Lo hace acompañada de su banda habitual que integran el septuagenario Jerry Miller, a la guitarra vaquera, Jason Beck a la batería, y Mat Murphy al contrabajo.
El sonido de la banda es compacto y claro. De estructura simple pero cargado de los matices que aportan los coros y los riffs de guitarra. Muy por encima destaca la voz de Eilen, acentuada por el vibrato de la guitarra de Jerry, que nos traslada inequívocamente a ese paisaje de amplias llanuras en el que los límites son difusos y el rock y el country se dejan contaminar por los sonidos procedentes del otro lado de la frontera.
Y Eilen no deja de demostrar su manejo del castellano entre canción y canción. Curiosa la relación que mantiene con nuestro país, no sólo por sus continuas visitas. Ni siquiera porque haya titulado una de sus canciones con el nombre de un conocido combinado patrio, “Kalimotxo”. La primera vez que vino a Madrid lo hizo gracias a la tienda de discos Radiocity (en cuyo honor tituló una de sus canciones). En esta ocasión casi se podría decir que haya venido a despedirla puesto que la tienda cerró recientemente y se la pudo ver celebrando el pre-concierto con sus propietarios. Se nota que disfruta sus visitas a la ciudad y deja traslucir esa conexión con el público madrileño a lo largo de todo el concierto, bromeando y contando anécdotas.
Tras esa descarga inicial de temas, aprovecha para mirar en el espejo retrovisor y mostrarnos algunas de las canciones de sus anteriores discos como “Rain Roll In”, “These Blues” o el Honky Tonk “Heartache Boulevard”, pero también para homenajear a su adorada Loreta Lynn (a la que dedicó el disco de versiones Butcher Holler) con la estupenda “Deep as Your Pocket”.
Llega el momento de una breve pausa, el momento de presentarnos a su mano derecha a la guitarra eléctrica (it’s Miller time, aunque en la sala sirven otra marca de cerveza), el increíble Jerry Miller, de longeva vida musical, quien tiene su propia banda, y con quien, nos cuenta, ha
colaborado para grabar “You Care Enough to Lie” en el último disco de Pinto Benett, canción que interpretan seguida de esa celebración de las noches de autoestima etílica que es “High Self Booze”.
Pero sin duda alguna, el momento más emotivo del concierto llega con la interpretación de la preciosa “Santa Fe”, de su disco “Queen of the Minor Key”, que es coreada por un público completamente entregado a estas alturas a la cantante de Boise. Después vendrían “I Remember You”, del mismo disco, “Working Hard For Your Love”, “Sea of Tears” y “Witness”, tras las que llega la hora de rendir sentido tributo al Blues, un estilo que la banda maneja con la naturalidad de quien se ha criado musicalmente a su sombra, con lo que encauzan la recta final del concierto interpretando algunas de las canciones de su disco de versiones de blues del 2017. Es tiempo de coger la tabla de lavar como acompañamiento rítmico e interpretar el blues añejo de Big Maybelle y su canción “Don’t Leave Poor me”, el de Willie Dixon con “You’ll be Mine” o, como no, el de Bessie Smith con “Downhearted Blues”.
Y así el campo ha quedado despejado, la cosecha recogida y una vez que el grano ha sido separado de la paja, no queda otra cosa que celebrar el final de la jornada (y del concierto) con una despedida apoteósica. Suenan la roadsong “Back To Dallas” y la divertida “79 Cents (the meow song)”, dejando para los bises una acojonante versión del clásico garajero “Shakin’ All Over” con la que dicen adiós a una sala en pleno éxtasis.
Hay pocas ocasiones de asistir a un espectáculo tan humilde y sincero. Un ejemplo de honestidad interpretativa, sin pretensiones, con la experiencia que dan los años recorriendo esos escenarios del mundo. Nuevamente pudimos disfrutar del placer de ser testigos de esa liturgia entre una artista y sus canciones, y sentirnos privilegiados por permitírsenos estar presentes en ese momento íntimo. Gracias.
Texto e Imágenes: Miguel Á. Garzás.
viernes, 22 de noviembre de 2019
Cápsulas Vinylola: XTC (1979-1982 Era)
Formados
a mediados de los setenta, bien
podrían ser la cara B, extraña,
experimental y maravillosa de la banda más exitosa del final de tan prolífica
era: The Police. No en vano, el
cuarteto de Swindon (Reino Unido)
liderado por al bueno de Andy Partridge
fue su telonero durante sus giras mundiales a lo largo de 1980 siendo la banda
favorita del guitarrista Andy Summers.
Imperdibles las instantáneas, tanto propias como de la banda que nos ocupa, incluidas en su retro-mirada “I´ll Be WatchingYou” (Taschen, 2007).
En esta
visión exprés hemos elegido tres
temas de su época 1979-1982, la cual
consideramos más que disfrutable y ecléctica y que a buen seguro (no hay más
que saborear las estructuras, ritmos sincopados y chispeantes armonías de sus
temas) han inspirado a bandas como Franz
Ferdinanz, Primus, The Intelligence, Futureheads, Red Hot Chili
Peppers o sin ir más lejos,The Smiths
(siempre atendiendo a esa claridad y brillantez guitarrera), por citar solo
algunas.
Una
maravilla que no encajaría en territorio
punk, post-punk, new-wave, pop o jazzy
lo cual les haría caer en un relativo anonimato que a partir de ahora esperemos
sea menor. Te instamos a que bucees en la red en busca de documentales (el más reciente de este mismo 2018), entrevistas o actuaciones. Su discografía (parte de ella remasterizada y remezclada por Steven Wilson en 2017) es toda frescura y a
día de hoy, no cabe duda, parece registrada en periodos más cercanos, incluso
futuros.
Qué lo
disfrutéis.
Making Plans for Nigel, (Drums and Wires, 1979).Cuarenta aniversario de
una de las píldoras más brillantes de la banda.
Sgt. Rock (Is Going To Help Me), (Black Sea, 1980).Sarcasmo y loca maestría instrumental que posiblemente
marcó el camino a una buena parte de la música independiente que estaría por
venir.
All of a Sudden (It´s Too Late), (English Settlement, 1982). Bellísima
canción de cierre del álbum y a la vez una de sus más logradas composiciones.
lunes, 28 de octubre de 2019
INDYSPENSABLE 2019. Día 2. Sábado 26 de octubre. Auditorio “El Espinillo”, Madrid.
Maravillosa tarde de sábado disfrutando de uno de los festivales más desconocidos de la
capital y a la vez más logrados, debido a su organización y cercanía con la
audiencia.
Hacía años (exactamente desde junio de 2007), que Vinylola no
paraba por la explanada al aire libre donde se ubica el Indyspensable del madrileño barrio de Villaverde. En aquella ocasión pudimos
disfrutar de bandas como los maravillosos Camera
Obscura, Fortune Tellers o Sidonie, y como en esta ocasión,
también “por la patilla”.
Curiosamente, aquel año, otro de los artistas que cerró el
festival, se encargó, una docena de años
después, de abrirlo: Santi Campos y los
amigos imaginarios; que en esta ocasión, con Herederos (su nueva banda de acompañamiento) nos ofreció un set
presentando su último trabajo: “La
Alegría”. Además de ofrecernos de manera, como siempre, muy solvente (a
pesar de contar con un miembro menos entre sus filas) nuevas canciones como “Sismo”
o “Espejos”, también hubo tiempo
para descubrimientos, sobre todo en la parte final del repertorio, donde una
más que estupenda y abrasiva “Arder”
(perteneciente a su “EP-entre-álbumes” homónimo de 2017) nos voló la cabeza. Para finalizar, y al más puro estilo N. Young también cayó la también
energética “Flora y Fauno” (también
mucho más musculosa que en la grabación original, perteneciente a su no muy
lejano álbum “Cojones”) que
agradecimos mucho los allí presentes. Más majo que las pesetas durante todo el
concierto se retiró (según sus propias palabras) a “intentar vender algún que otro cd… aunque sé que volveré a casa con los
mismos. Da igual, me emborracharé en la
barra para escuchar a Los Enemigos,
la banda de mi vida”. A eso se le llama un concierto bien resuelto.
Santi Campos al piano-bar. |
A continuación, y previamente al cabeza de cartel salió al
escenario de la plaza un Antonio Luque
(Sr. Chinarro), al cual nunca
habíamos podido disfrutar en directo para verter algunas de las canciones de
sus últimos trabajos, “Asunción” (Mushroom Pillow, 2018) y, por supuesto,
otros de los temas de toda la vida, últimamente recuperados en el recopilatorio
“Colección Permanente”, también de 2018.
Entre otras,”Tímidos”, “Dos besugos” o “Rayo verde” cayeron bastante bien tanto a los fans de siempre como
a los de nueva remesa (con los que también nos encontramos). Admirable su
continuidad y la solvencia (banda impecable) con la que continúa contra viento
y marea su propuesta ya lejana a lo que tanto atraía a “fibers” y demás fauna noventera.
Sr. Chinarro pegado a la Av. Andalucía. |
Cerrando el festival: Los Enemigos. Poco que decir de una de
los grupos emblema y con mejor y más ecléctico catálogo de las que aún pululan
por territorio patrio. Como anécdota: fue la primera vez que pudimos disfrutar
de ellos contando la banda con nuevo guitarrista, en este caso el nada
desconocido para la parroquia rockera David
Krahe (Coronas, Josele Santiago…)
que con buen hacer y gesto de disfrute y ensoñación cumplió con la nada fácil
tarea de hacernos no echar de menos al gran Manolo Benítez. Como bombones de su amplio catálogo pudimos cantar
cual pecho palomos entre brincos unas “Brindemos”,
“Me sobra Carnaval”, “Señor Correcto” o “Dentro” que marcaron la diferencia y condujeron su selección al
rock más áspero y directo, cosa que el mismo Josele se encargó de enfatizar con comentarios como “Somos Fino, Chema, David y yo… y somos una
banda de Rock”. Genio y figura. Cosa que fue por otro lado necesaria al
llegar casi la una de la madrugada
acompañada de un frío que no perdonaba el permanecer inmóvil.
Josele: pecho palomo. |
Por supuesto, no está de más
hacer referencia a la actuación que a primera hora se encargó de poner a la
chavalería en marcha para evitar el fresquito a primera hora de la tarde: Century Rock, que entre versiones de Juan y Junior y ¡George Michael! hizo a la audiencia conectar desde el primer
momento con un ambiente festivalero tranquilo
y sin codazos ya marca de la casa.
Mucho ánimo para continuar en
próximas ediciones, a pesar de la también tradicional y prácticamente nula
promoción a través de radios de ámbito estatal y la poca antelación en la
salida de sus (fantásticos) line ups.
Enhorabuena, Indyspensable.
Texto: Vinylola
Imágenes: Vinylola e Instagram.
viernes, 20 de septiembre de 2019
Podcast Vinylola: La Caravana - 5x04 - Especial rock español (3ª parte) - 1979
Hola a todos. Como los discos de hoy se presentan por sí mismos, sólo cabe apuntar que este es el tercer especial dedicado al rock español de La Caravana (recordad que la pasada temporada grabamos dos programas dedicados al rock español de 1978). Este que os traemos hoy va dedicado a celebrar el 40 aniversario de algunos discazos españoles editados en el año 1979. Discos fundamentales para entender aquella época y también la nuestra. Sólo con ver las bandas de las que hablamos sobran los comentarios. Suenan por este orden canciones de los siguientes LPs:
1. Bloque: Hombre, tierra y alma
2. Triana: Sombra y luz
3. Cucharada: El limpiabotas que quería ser torero
4. Miguel Ríos: Los viejos rockeros nunca mueren
5. Leño: 1er. LP
jueves, 8 de agosto de 2019
Cápsulas Vinylola: "My Devotion" de Malcolm Scarpa. 25 Aniversario.
Durante el presente periodo estival “My Devotion”, segundo y esencial trabajo de Malcolm Scarpa, cumple 25 años. Si no buscas grandes producciones, pero si la atemporalidad que una canción Pop puede ofrecer, este es tu disco.
Lanzado en verano de 1994
y grabado en un par de semanas en una pequeña casita de campo frente a la
central nuclear de Cofrentes fue lanzado por Triquinoise, sello de Luis
González (Caballero Reynaldo, Corcobado), con gran y merecida
aceptación. Críticas acertadas, pues hasta el día de hoy su vigencia permanece
intacta.
A lo largo de sus ¡26
temas! puedes rescatar al más inspirado Elliott Smith, la chispa bluesy/melódica de Ray Davies o Brian Wilson
, o saludar con cercanía a los hermanos
Finn (Crowded House, Split Enz), entre otros cientos de brillantes
y lacónicos paisajes sonoros exprimidos al máximo en una pequeña consola analógica de 12 pistas que dio para mucho.
He aquí su único video oficial grabado enmedio de aquella incontinecia creativa: "Lonely Here Tonight" más algunos clásicos instantáneos. Qué los disfrutéis.
Dinah Flow
Do The Funny Hop
+info : https://halloffame.es/
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