lunes, 7 de diciembre de 2015

JULIO DE LA ROSA. ContraClub, Madrid. Domingo 6 Diciembre 2015.




El pasado domingo, esquivados los miles de turistas que arrasaban las calles del centro de la capital, pudimos finalmente abrirnos paso hasta la, no tan demasiado íntima como se prometía, actuación que nuestro querido Julio de la Rosa ofreció para ochenta devotos de su trayectoria. Quizá el reclamo de “concierto exclusivo” llenó en exceso, lo que de no ser por ese reclamo hubiera sido mucho más especial. ¿En cuántas ocasiones hemos podido disfrutar de Julio junto a cuatro monetes más al calor de las velitas?. Alguna que otra, resultando siempre una maravilla. En cualquier caso, aunque apretados para ser un domingo cuasi-festivo, coreamos igualmente su envidiable y personal repertorio.

Julio de la Rosa, Madrid. Diciembre 2015.


Julio comenzó entregando a dos de los presentes elegidos al azar un par de cartas de amor previamente escritas. Tras sonreír al ver las caras de asombro de los asistentes congratulados, el del Puerto arrancó a ritmo de un simpático, llamémosle drone-cassette sitar, que emitía justo eso, un zumbido monocorde y fluctuante adecuado a “El traje” que interpretó tirando de spoken-word. Original comienzo, como no podía ser menos, para un despistado de la Rosa, que no sabía muy bien si afrontar el set en modo jornada festiva o laborable.

Más adelante, y ya metidos en su vibración "cassette cash converters", disparó “Colecciono sabotajes”, “Uno”, “Gigante” o “Las camareras”, todas ellas fantásticas, aunque porque no decirlo, con cierta desafinación de la que durante toda la actuación el propio Julio hizo más de una coña. Como acostumbra, y para suplir la falta de banda, en esta ocasión también tiró de loops y efectos varios, cosa que junto con la ayuda de varios cachivaches más, véase diversos tipos de cítaras/arpas, o melódica nos embelesó mientras sonaban una tras otra “Hasta que te hartes”, “Maldiciones comunes” y también, la primera tras bajar de las tablas por primera vez, y que nos hizo más que felices al recordar esos maravillosos “EHB” como fue “Pingüinos y Koalas”.

Julio y sus cacharretes.


-Cuando me paso de Gin tonics ya empiezo a desvariar- Comentó. Ojalá y el gaditano hubiera perdido los papeles un poquito más, pues un remate de faena al son de “Entresemana” sin enchufe y mezclándose con la audiencia, bien mereció andar un poco espachurradetes apurando el tercio a precio de oro. Un creador tan puro y honesto, como necesario.